La “T” superó con esos argumentos a un tibio y poco ambicioso Tiro Federal.

Talleres se reconcilió ayer con su público, más allá de que el 1-0 ante Tiro Federal y el “combo” de resultados ajenos del que dependía gran parte de su suerte, no le permitieron evitar la instancia de la reválida; y de que el sufrimiento aún no tiene fin.

¿Qué se le puede reprochar ayer al equipo albiazul? Nada. Aun con sus limitaciones individuales y sus carencias colectivas, se hizo cargo de la obligación de buscar el partido y generó no menos de nueve situaciones netas para convertir (incluidos dos tiros en los palos).

El único cuestionamiento que se le podría hacer tiene que ver con la escasa imaginación que evidenció a la hora de buscarle variantes al repetido recurso del pelotazo. Pero apretado por las milésimas como estaba, ¿quién podía exigirle más que amor propio y empuje para tratar de salir a flote de semejante situación?

Julián Maidana fue el puntal anímico de la “T”; y Lucas Rimoldi, su referente futbolístico. El resto se las ingenió para hacer lo mejor posible lo que sabe o puede, y con eso le alcanzó para superar con claridad a un rival temeroso, que nunca exhibió la ambición de ganar que presuponía su lucha por ir a promoción.

Más allá de que tiró a Rosales como extremo derecho, para que formara un tridente ofensivo con Cuevas y Borghello, esta vez el técnico Comizzo no apeló a rebusques estratégicos de última hora. La situación, está claro, no daba como para andar inventando demasiado. Sólo era cuestión de admitir la derrota –el ingreso de Maidana, de cuya “borrada” había sido ideólogo o cómplice– y de no agregar más ansiedad con gestos innecesarios.

Una de héroes. El guión de la película que se vio ayer en barrio Jardín fue más que previsible. Y como tal, le reservó el papel de héroe a Maidana, el ídolo exonerado que ahora volvía para escribir otra epopeya con la camiseta albiazul.

A él le hicieron el penal, y él mismo lo pateó para poner el 1-0, a nueve minutos del final. Pero faltaba el toque de sufrimiento. Cuando se confirmó el 0-0 de Brown, todo fue alivio. Es que un gol de la Fragata lo hubiera arruinado todo.