LA MAÑANA juntó a Pedro Marchetta y a Sebastián Viberti, dos de los entrenadores que dirigieron a Talleres y a Belgrano. Anécdotas, vivencias, historias y lo que puede pasar, en esta producción con dos veteranos del fútbol.

¿Es tanta la presión de ser técnico de Talleres? ¿Y dirigir a Belgrano es lo mismo? ¿Y en la previa a los clásicos, es tan ansiosa la víspera como se dice? ¿Quién ganará?Palabras más, palabras menos, estos interrogantes pasan siempre por la cabeza de los entrenadores que conducen a los dos equipos más populares de Córdoba, pero al final, ¿es más complicado ser DT de Talleres o de Belgrano? Y para tener testimonios de autoridad, qué mejor opinión que las de Jorge Pedro Marchetta y Sebastián Viberti, dos de los pocos técnicos que en su trayectoria cuentan con haber dirigido al “Matador” y al “Pirata”, en etapas diferentes. LA MAÑANA reunió en la galería “Vía Nueva” a estos personajes auténticos, formados en la cantera cordobesa, y anticiparon su pronóstico para el sábado, en una nueva edición del “derby” mediterráneo.

“Dirigir tanto Belgrano como Talleres es un desafío bravísimo. En Belgrano el hincha es más pasional, más fervoroso, en cambio, los de Talleres son más exigentes en cuanto al juego. De todos modos, los dos reclaman cuando los resultados no se dan”, contó Viberti, desde su experiencia. “Totalmente de acuerdo” -agregó Marchetta- “Los dos equipos tienen mucha historia, un gran arraigo popular, son gigantes, y cuando las cosas no se dan te pasan factura. Mi última vez en Belgrano no me fui bien, y en Talleres si perdés dos o tres partidos tambaleás en tu puesto. Igual, es un privilegio que los dos tenemos al haber dirigido en esos clubes”.

- ¿Cuál es el perfil recomendable para ser técnico de los dos equipos?
S.V. - Córdoba es una parada atípica, por todos los condimentos necesarios que hay que tener para aguantar tanta presión. Yo siempre dije que si a un DT le va bien en Talleres o en Belgrano, está capacitado para dirigir en cualquier equipo del país. Hay mucho en juego, y me sirvió cuando dirigí a Huracán.
P.M. - Es verdad. Yo de Racing me fui a Rosario Central y salí campeón. Es que las rutinas, el ambiente, hace que nazcan las mejores energías para dirigir, de la misma forma que lo hacen los jugadores. Cambiando de tema, me parece una falta de respeto que el “Pelado” no esté al frente de alguna institución de nuestra provincia. No nos podemos dar ese privilegio, así estamos, viene cualquier perejil (sic) de afuera y le damos espacio. Es increíble.
S.V. - Me pongo colorado (Risas)... Yo tampoco entiendo cómo vos no estás dirigiendo... Y hablando del clásico, me parece que va a ganar el equipo que más arriesgue. Hay tanto en juego, que espero que no conspire en el buen espectáculo.

- ¿Quién llega mejor?
P.M. - Me parece que Talleres, lo veo mejor anímicamente. Igual, no les está funcionando Paulo Rosales, y les cuesta. Pero tiene otra actitud de ir a buscar el resultado, porque sabe que tiene que sumar y ganar. Pero ojo, Belgrano tiene a Suárez, y otros nombres que no se pueden menospreciar.
S.V. - Es un clásico, alguna sorpresa siempre hay. Particularmente Belgrano me confunde. No se bien qué se busca con ese planteo dentro de la cancha. Talleres se presenta de otra manera, más definido tácticamente, pero tampoco llega a tener buen rendimiento.

- ¿Se animan a un pálpito?
P.M. - Voy a ir a la cancha después de mucho tiempo. Los dos tienen argumentos: Belgrano puede molestar con Suárez, y tiene más orden táctico. Si priorizamos el resultado, vemos que está tercero, y los resultadistas le dan crédito. Va a ser una final. Espero que sea bien jugado. Dicen que no hay que hacer comparaciones, pero es mentira: antes se jugaba mejor. Ahora hay cada burro... Yo por Sebastián (Viberti) te cambio tres galerías como ésta. (P. M.).
S.V. - (Risas) ¡Qué exagerado...! Me parece que no va a haber muchos espacios, y será muy batallado. Son parejos, y va a ganar el que se decida a hacerlo.

“Disfruté muchísimo de Talleres”. Sebastián Viberti es un producto genuino del fútbol cordobés que triunfó más allá de las fronteras. No esconde su amor por San Lorenzo de Córdoba (su primer club) y Huracán de Parque Patricios, equipo donde mostró su mejor faceta y que le permitió ser transferido al Málaga de España. En Talleres dirigió en la temporada 87-88, y justamente reemplazó a Pedro Marchetta. Además condujo a Belgrano en dos torneos Nacionales: en el 77' y en el 81'. Y de tantos años como entrenador, también tiene mil anécdotas: “En el ’77 necesitaba un volante central, y al cierre del libro de pases solicité que me consigan un jugador aguerrido, pero principalmente con voz de mando. Quería alguien que hable todo el partido para ordenar al equipo. Al otro día me traen un futbolista grandote, de mucha presencia, pero cuando le pregunté el nombre, no se le entendía nada. ¡Era sordomudo! (risas). Se trataba de Carlos Demarta, venía de Temperley y Estudiantes. No tenía voz de mando, pero sí una entrega y una voluntad bárbara. Era buen jugador”, recordó. “Me tocó agarrar a Talleres en un mal momento institucional, no era fácil llegar a fin de mes, pero disfruté muchísimo hacerme cargo de una entidad tan importante”, cerró Viberti.