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La imagen lo dice todo. La impotencia de Maidana, Dulcich vencido en el césped y el festejo de los jugadores de Platense. El debut de Talleres fue con derrota en el Chateau.

Hugo García /
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La "T" no borró la pobre imagen de la temporada pasada.

Si la idea era despegar al "nuevo" Talleres del anterior, aquel que hizo la peor campaña de su historia, quedó claro que no dio resultados.

Talleres perdió 4-2 ante Platense, jugó mal y a su gente, que vistió al Chateau con 15 mil personas, solamente le dejó el consuelo de que le pudo haber ido peor. Datos de un formulario tipo (derrota) que la "T" llenó tantas veces la temporada pasada.

Alguien podrá recordar las palabras del DT, Salvador Capitano, quien, entre agorero y auto ofensivo, había dicho: "Arrancamos en desventaja...". Pero nadie podía imaginarse una presentación albiazul con semejantes referencias. Por caso, la capacidad de asombro de los hinchas fue superada a los 7 minutos de juego cuando Dulcich se mandó un blooper al no poder evitar que se le metiera un remate de espalda de Vega (el viento ayudó), habilitado con un lateral.

Libreto simple. Más allá de eso, Platense se impuso bien. Jorge Ribolzi ganó las espaldas del doble "5" albiazul (Cabrera y Basualdo), para organizar los ataques propios.

Así, "el Rusito" pasó de volante izquierdo a armador, con panorama para ubicar a Vega y Madrid o bien para desequilibrar en el mano a mano o en la pared con Barrionuevo. Ribolzi fue figura porque contó el respaldo de Rojas (recuperó y las "divididas", las ganó a todas). Eduardo Álvarez y Mannara terminaron de partir a Talleres porque no dejaron recibir a Buffarini y a Quiroga.

Talleres fue un equipo largo y con grandes espacios, una tarea que expuso a la línea de tres (Maidana; "Lea" Álvarez y Rivera) a permanentes desacoples. Así se organizó el juego. Después del primer tanto, vino una apilada de Ribolzi, la doble salvada de Dulcich y el remate final de Madrid para anotar el 2-1 a los 39 minutos de juego.

La habilidad de Borghello le dio el descuento (a los 15 minutos del complemento) a la "T". Rodolfo Pablo Motta, DT Calamar mandó un defensor más (Báez). Pero no hizo falta: dos nuevos errores albiazules permitieron los tantos de Barrionuevo (habilitó Rivera) y Mannara (remate tras un rebote), a los 24 y 32 minutos. La "roja" a Barsottini y el golazo de Miralles, de tiro libre a los 39 minutos, abrió una esperanza que no prosperó por la cercanía del final.