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Salvador Capitano encontró la vuelta para evitar el frío. Mientras tanto, busca que su Talleres se ensamble.

Marcos Russo /
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Anoche se sumó el volante Franco Dolci. El DT opinó que necesita más jugadores.

Conforme, pero cauto. Así se mostró el entrenador Salvador Capitano después del empate 1-1 con Alumni de Villa María en el quinto amistoso de pretemporada. "Nos falta más juego y eso lleva más tiempo conseguirlo", afirmó el rosarino y agregó que la evolución del equipo "es normal".

"Esta semana tenemos que concentrarnos y meternos en lo que haya que hacer. Si podemos hacer un equipo que juegue, jugará; y si no llegamos, se intentará otra cosa", agregó Capitano que rescató que se vio un equipo compacto.

Consultado sobre las pocas variantes ofensivas, Capitano dijo:"Ahora tenemos a Borghello y a Miralles. Lo importante es que lleguemos bien por afuera y que pongamos los centros en la cabeza". A la idea del entrenador respondieron los volantes por afuera, que son los encargados de los desbordes. "Estoy jugando como wing izquierdo, lo que me da la posibilidad de llegar al gol y de abastecer al que llegue por el medio", dijo Quiroga. "Nos pide que ataquemos como wines, para tratar de llegar al gol y hacer circular la pelota", agregó Buffarini.

Por otra parte, Capitano insistió en la llegada de tres jugadores más: "Los refuerzos tienen que llegar. No sé dónde los vamos a encontrar, pero llegarán".

La pregunta es quién atajaría si el torneo comenzara hoy. "Me dijeron que iba a llegar ‘Leo´ Díaz... Están Dulcich, Brasca y Requena y los tres tienen chances de jugar.

La 18ª incorporación. Es bellvillense, tiene 23 años y viene de jugar en el fútbol francés. Se trata de Franco Dolci, la cara nueva de Talleres, que firmó un préstamo por un año, con opción de compra de su pase.

Dolci, quien se desempeña en todos los puestos del medio campo, jugó un par de años en las inferiores de Universidad Católica de Chile y luego fue protagonista de un caso muy particular: pasó de Matienzo de Monte Buey al Niza, de la primera división de Francia, donde jugó dos años y medio. Luego pasó a préstamo al Bastía, de la segunda división gala, donde estuvo la última temporada.

"Tenía una oferta de Buenos Aires, pero privilegié la familia y vine a Talleres. Entré a la sede y vi escrito ‘el más grande del interior del país´. Creo que el más grande no merece estar en la B, sino en Primera", afirmó. "No soy conocido en Córdoba. Me presentaría como un jugador al que no le gusta perder a nada, como a todos. Mis características son más bien ofensivas", agregó Dolci.