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“Es difícil entrenar cuando uno sabe que no lo van a tener en cuenta”, manifestó Marcos Argüello.

Federico Jelic /
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El arquero Marcos Argüello manifestó que no existe un cortocircuito en su relación con el gerenciador de Talleres y desconoce el motivo por el que no es tenido en cuenta. “Parece que acá no soy útil”, lamentó.

El entrenador de Talleres, Salvador Capitano, solicitó como refuerzo un arquero más, con experiencia, ya que en el plantel cuenta con Silvio Dulcich, Valentín Brasca, Martín Silva y Leandro Requena, a los que les faltan partidos en las espaldas.

Lo extraño es que dentro de su patrimonio, Ateliers cuenta con Marcos Argüello, quien reviste esa condición y le dio réditos a Talleres cuando fue titular, quedando en la antesala del ascenso en 2006 con el equipo del que era capitán.

Actualmente no es considerado por el cuerpo técnico. Luego de aquella chance de ascenso perdida ante Nueva Chicago, sorpresivamente no continuó en el plantel en la temporada siguiente y pasó a Defensa y Justicia. Posteriormente, emigró a Guaraní, de Paraguay y ahora entrena con la primera local albiazul, esperando otra oportunidad.

Dialogó con LA MAÑANA sobre su incómoda situación y expresó: «Se hace difícil entrenar cuando uno sabe que no es tenido en cuenta. Parece que no soy útil acá. Lo tengo que aceptar, pero soy un profesional y voy a responder a los intereses del club».

-¿Es cierto que estás peleado con el gerenciador?
-Para nada, eso lo quiero desmentir porque lo escuché en varios lados y no es así. Si alguna vez hice algo que le molestó, no estoy al tanto. Y si así fuera, no tengo inconvenientes en sentarme a charlar y solucionar las cosas. Teníamos contacto porque yo era la voz cantante del grupo, junto a (Diego) Castagno Suárez y (Hernán) Franco, pero nunca llegamos a discutir. No estoy peleado con Granero.

-¿Quién te comunicó que no ibas a seguir en Talleres?
-(Roberto) Saporiti. Me llamó por teléfono y me dijo que era por razones deportivas. Por supuesto que no lo compartí en absoluto, pero no tuve más remedio que aceptarlo. Esa razón no me entra en la cabeza, porque a mi entender, tuve mi mejor momento deportivo en Talleres. Me pude consolidar, peleamos hasta el final el campeonato y lo perdimos por esas cosas del destino. Y después me llamaron de 11 clubes, lo que demuestra justamente que mi producción fue positiva. Tengo la conciencia tranquila que hice las cosas bien.

-¿Cuál fue la actitud de Granero?
-Al otro día, cuando Saporiti me comunicó eso, lo llamé a Carlos (Granero) para comentarle mi descontento por la decisión, pero nunca llegamos a pelear ni mucho menos. Por eso duele que digan esas cosas, porque me terminan separando más.

-Algunos dicen que te cuestionan el gol de San Martín de San Juan en el último minuto, en cancha de Instituto...
-Me lo comentaron varias veces pero no creo que sea únicamente por eso. El gol llegó de una pelota que peina uno en el área y le quedó servida a (Luciano) Avalos. Si salía, descuidaba el arco. Siempre van a buscar una excusa. Es fácil hablar de afuera y hay que estar en el momento. Cometí errores, lo asumo, pero estoy seguro que por eso no fue, porque tuve un buen nivel en todo el campeonato. Es más, los chicos del plantel me preguntaban por qué me tenía que ir. Tampoco entendían nada.

-¿Te parece que alguien pudo haber hecho comentarios negativos tuyos para perjudicarte?
-Y... no sé que pensar, en el ambiente del fútbol existen muchas malas personas. Igualmente, prefiero no pensar en eso. En su momento no pedí explicaciones, no busqué nada raro y no debo hacerlo ahora. Mi contrato vence en junio del 2008 y hasta esa fecha voy asumir el compromiso que sea necesario.

-¿Tenés la esperanza de volver a jugar en Talleres?
-Lo poco que soy en el fútbol se lo debo a este club. Tengo mucho cariño por estos colores, pero soy consciente de la realidad y no me hago ilusiones. Yo sé que no voy a seguir. Vine a Córdoba hace siete días, nadie me invitó a la pretemporada y es lógico que no estoy en los planes. Por más que duela, lo tengo que aceptar.

-¿Qué análisis te queda de todo esto?
-Yo tengo la certeza de que no hice nada malo. Y si lo hice, me gustaría conciliar. Los chicos de la local me tiene como un referente y es duro saber que no tengo cómo demostrar que puedo serlo. Me queda el cariño de la gente. Recuerdo que cuando jugamos contra Tigre y le ganamos, habían colgada una bandera que decía «Pekerman, Argüello es argentino». Yo no me olvido de eso, porque significa que uno hizo las cosas bien.