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Petrone llevó agua al molino de Talleres.

Después de cinco años, el gerenciador Granero se vinculó con Jorge Petrone.

"Nada es para siempre" y "negocios son negocios", son dos frases hechas de la comunidad futbolera. Carlos Granero, gerenciador de Talleres, y Jorge Petrone, ex presidente de Racing, convivieron como representante del DT Ricardo Gareca y como auxilio financiero, respectivamente, en la comisión que presidía Carlos Dossetti, quien los introdujo al mundo albiazul.

Ocuparon puestos de poder: Granero, representó a los mejores jugadores e hizo acuerdos para refinanciar la millonaria deuda; y Petrone, que en su empresa tenía como contador a Dossetti, aportó mas de un millón de pesos garantizados con el pase de varios de esos jugadores y otros juveniles.

Se distanciaron hace cinco años, se maltrataron públicamente y hoy Talleres los vuelve a vincular. Pablo Azcurra, Matías Manzano y Matías Rinaudo (sus derechos económicos pertenecen a Petrone) se sumaron a Talleres, que no tenía plantel y al empresario de la construcción le pareció una buena vidriera.

¿Un nuevo vínculo? "Sólo estamos en tratativas por algunos jugadores", dice Granero. "Sólo es eso. El fútbol es mi hobbie. Cada vez tengo menos jugadores", responde Petrone –de vacaciones en Neuquén– de quien se decía que iba a invertir en el semillero, donde hay ocho juveniles desde hace unos meses.

La ruptura. En 2002, Granero representaba a Julián Maidana, Mario Cuenca y Pablo Cuba, y Petrone poseía sus derechos económicos. Los jugadores desconocieron a Petrone como propietario de sus fichas y las negociaron a destinos que habrían sido definidos por Granero.