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Salvador Capitano sigue esperando caras nuevas en un plantel que resulta insuficiente.

El gerenciador Carlos Granero debió reconocer que las negociaciones por refuerzos se complican más de la cuenta porque los nombres...

El gerenciador Carlos Granero debió reconocer que las negociaciones por refuerzos se complican más de la cuenta porque los nombres apuntados son de jugadores que pretenden conseguir un lugar en Primera División y por eso dilatan su respuesta al ofrecimiento albiazul.

Por ejemplo, se conoció el interés por Juan Manuel Azconzabal, zaguero central que integraba el plantel de Rosario Central la temporada pasada, pero el ex Estudiantes negocia para quedarse en el club «Canalla».

Algo similar ocurre con Luciano Leguizamón, de buena campaña con Gimnasia de La Plata, pero de nuevo en River. La idea de Granero era traerlo nuevamente, ya que fue el primer refuerzo de cartel que consiguió cuando inició la gestión de Ateliers y el delantero respondió a su confianza con numerosos goles en el Clausura 2006, donde Talleres llegó al final con chances de ascenso.

Mientras tanto, siguen las gestiones por Marcos Gutiérrez, sin lugar en Olimpo, Julián Maidana, con quien hay un principio de acuerdo y otros nombres que el gerenciador guarda celosamente ante la gran demanda de refuerzos en el mercado. El volante Gastón Esmerado, ex Colón y Arsenal, y el enganche Cristian Zárate (pasó por los San Martín, de Mendoza y de Tucumán), son dos nombres que le interesan al técnico Salvador Capitano.

Para hoy se aguardan novedades por el delantero César Pereyra, con quien se entablaron negociaciones más allá de que Unión de Santa Fe quiere retenerlo.

Los tiempos se acortan, porque en la segunda semana del corriente mes el plantel que orienta Capitano iniciará la parte más ardua de la pretemporada en Río Cuarto.