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Orgullo de padre. El inolvidable “Hacha” con astillas del mismo palo: Gonzalo, delantero de River, y Daniel, enganche de Los Tecos de Guadalajara.

Además de los dos futbolistas, Daniel y Gonzalo, el “Hacha” tiene cuatro hijos más: Grisel (31 años), Sebastián (39), Gisella (15) y Génesis (12). El ídolo albiazul los disfruta a pleno y por ellos hizo un juramento: “No tomo más alcohol”.

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Daniel y Gonzalo, hijos del mítico “Hacha” Ludueña, le contaron a LA MAÑANA del aporte clave de su padre en su formación como futbolistas. Un homenaje en su día.

Federico Jelic [email protected] La técnica y la capacidad no siempre se transmite de padre a hijo, pero la pasión sí es hereditaria. Por genética, es difícil que un hijo tenga la misma performance, aunque si hay trabajo y perseverancia, puede hasta incluso superarse. Un caso de este tipo es el de la familia Ludueña. Antonio «Hacha» Ludueña, volante central, gloria de Talleres e integrante de la Selección nacional en la década del ’70, tiene a dos descendientes directos vinculados al fútbol: Daniel (enganche) y Gonzalo (delantero) que juegan en Los Tecos de Guadalajara (Universidad Tecnológica de México) y River, respectivamente. Y en la víspera del Día del Padre, las dos «Hachitas» se acordaron de su «viejo» para esta ocasión especial.

«La verdad, para el ‘viejo’ sólo tengo palabras de agradecimiento. Siempre apareció para darnos su apoyo, estar cerca cuando más lo necesitábamos, y si hoy seguimos ligados al fútbol, en gran parte es por su constancia y su respaldo», confesó Daniel, con gratificación hacia su primer guía.

Por su lado, Gonzalo, quien milita en la reserva de River, confesó: «Tengo el orgullo de poder seguir la misma vocación que mi ‘viejo’ y en todos lados me conocen por ser el ‘hijo del Hacha’. No sólo en Córdoba. Yo quiero ser Gonzalo, pero antes que todo soy más reconocido por mi papá, y la verdad es una satisfacción», declaró Gonzalo.

Agregó: «Recuerdo mi primer entrenamiento con la Primera. Passarella (Daniel) se me acerca y me dice: Talleres nos sabía pegar cada baile, y tu viejo la rompía. Muchas veces lo ‘cagaba’ a patadas, porque no se la podíamos sacar’. Eso me llenó de orgullo, es casi un sueño seguir sus pasos».

Sin lugar a dudas, Talleres ocupa un lugar preponderante en sus vidas. Hinchas del club, ambos anhelan algún día vestir la camiseta albiazul. «Siempre dije que me gustaría cerrar mi historia en el fútbol jugando en Talleres. Empecé en San Lorenzo de barrio Las Flores y de chico me fui a River, pero sé que en el futuro voy a ir a barrio Jardín», aseguró Daniel.

«Nunca lo vi a jugar a mi papá. En casa hay muchas revistas y recortes de diarios de la época, y parece que era bueno en serio. Igualmente, quién dice si algún día continuamos la leyenda de los Ludueña en Talleres. Sería un sueño», afirmó Gonzalo.

La cuna. Si hay otra vinculación en los Ludueñas, es por el San Lorenzo cordobés, cuna de la dinastía Ludueña. Y ambos hijos prometieron retirarse en el club, como homenaje al «Hacha».

Con relación al Día del Padre, los chicos cerraron la nota diciendo: «Mi viejo siempre estuvo. Yo extrañaba horrores y me contuvo para que no me vuelva a Córdoba, y que siguiera entrenando en River. A la distancia le mando un abrazo», resaltó Daniel, desde el país «Azteca».

Y Gonzalo completó: «¿Qué más puedo decir de él? Un fenómeno, fue el apoyo para que siguiéramos con lo nuestro. Gracias. Eso es todo lo que puedo decirle. Y feliz día, papá».