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Diego Ceballos en acción.

Talleres perdió 1-2 ante Platense y completó la peor campaña de su historia. Granero adelantó que armará un equipo de "jugadores de Granero".

Buenos Aires. El cero, ese número vacío, es el que mejor le sienta a Talleres en este momento. Porque debe empezar desde ahí, desde cero, para diferenciarse en la próxima temporada de todo lo malo que resultó ésta, que concluyó ayer con la derrota 1-2 ante Platense, en Vicente López.

Carlos Granero, el gerenciador, lanzó una señal –mitad ironía, mitad puñetazo al mentón– sobre lo que debería hacerse: “Yo lo que tengo en la cabeza es traer jugadores de Granero, porque cuando decían que jugaban los que yo traje, peleamos el campeonato. Y cuando incorporé los que pedía la gente, peleamos el descenso”.

Fastidiado, el presidente de Ateliers dejó esa frase picando camino a su automóvil, en un playón de estacionamiento surcado por un viento helado que hizo más inhóspita la postal de despedida para Talleres. Los jugadores apuraron el paso hacia el micro menos Diego Ceballos, el capitán, que se detuvo a conversar porque lo demoraron algunos hinchas de Platense, club donde dejó una buena imagen.

“Yo creo que se trajeron jugadores para ascender y terminamos peleando la promoción. Cada uno sabe lo que hizo mal y lo que hizo bien. Que me quede, no depende mí. Sé que tuvimos un campeonato malo y se verá quiénes tienen chances de seguir”, manifestó el delantero.

Volver al futuro. A Granero también se le pidieron precisiones sobre los pasos que dará en el futuro inmediato: “El plantel está convocado para el 11 de junio. En principio, de los que jugaron contra Platense, quedarán los juveniles que son del club: Quiroga, Buffarini, Ramiro Pereyra...”. Hizo una pausa y continuó: “...también Dulcich, que estuvo en el banco, y seguramente Nicolás Medina va a continuar...” y ahí se plantó.

Cuando La Voz del Interior le preguntó por los dos Diego, Pozo y Ceballos, el concesionario agregó: “Vamos a resolverlo de común acuerdo con el entrenador (Salvador Capitano fue confirmado en su cargo) y el secretario técnico del club, pero no hay nada decidido todavía”.

También recordó que por el pliego licitatorio, Ateliers podrá incorporar hasta 11 futbolistas a préstamo. “Yo sé que ustedes tienen que informar...”, se disculpó, y cerró el diálogo con los periodistas con un dato más: “Recién el próximo jueves vamos a comenzar a tratar estos temas”.

Como fuere, se anticipa un cisma de jugadores que, va de suyo, estará determinado por la pésima campaña del equipo. Talleres, para empezar, se las tendrá que arreglar con la base de pibes que quedará, un par de jugadores que están a préstamo en otros clubes y los que deben regresar (Ezequiel Barrionuevo y Darío Rivadero) y después sí, podrá barajar y dar de nuevo.

Opacada por ese panorama tan desalentador, al menos hubo una buena noticia. Cuando el plantel se iba retirando del estadio de Platense, el gerenciador le pidió a Hugo Aranegui, ex directivo de Huracán de Tres Arroyos y actual colaborador de Ateliers, que se ocupara de trasladar al predio de Ezeiza al juvenil mediocampista Pablo Rolón, quien estuvo en el banco de suplentes pero no ingresó. Al pibe lo acaban de convocar al seleccionado Sub 17 y debía sumarse al plantel. Una pequeña luz en el camino entre tanto sinsabor.