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Diego Garay maniobra entre los defensores de San Martín de San Juan. La "T" se complicó con la reválida y los cuyanos quedaron terceros en la tabla general de la temporada. Foto: LaVoz / Sergio Cejas.

Hugo García /
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Talleres regresó al Chateau luego de 27 días y con el ánimo en alza, pero cayó 1-2 ante San Martín de San Juan y otra vez se complicó con el promedio.

Una reflexión de tablón, de esas que nacen desde la ironía y del masoquismo, proponía el absurdo, ni bien Talleres consumaba el 5-3 ante Villa Mitre, haciendo de "local" en cancha de Ben Hur de Rafaela. "¿Y por qué no jugamos siempre acá? Hicimos cinco goles, hubo más de dos pases seguidos, en una cancha barrosa y nos c... de frío. Pero ganamos. Cuánto vale ser feliz", decía uno de los tantos hinchas que viajó aquella vez.

La frase seguramente se habrá escuchado ayer en boca de varias de las 20 mil personas que acudieron al Chateau, en el regreso del equipo albiazul al mundialista, luego de una inédita experiencia como "local" en Rafaela y con permanencia del plantel en Santa Fe para lograr un 0-0, ante Unión, pero ya como visitante.

Pero la verdad es que el exilio y el sacrificio valieron poco. Ayer, Talleres volvió a jugar como un equipo chico, como el que estuvo una rueda sin ganar, y perdió 2-1 contra San Martín de San Juan.

Así, en lugar de darle paz a sus hinchas, los hizo víctima de un nuevo desengaño y, lo que volvió, en realidad, fue el sufrimiento. El corazón de los hinchas amagó con salirse de lugar toda la tarde. El golazo del pibe Matías Quiroga prometía alegría. Pero derivó en un impensado padecer, ya que San Martín prometió ganarle siempre, pero recién lo hizo al final. Y lo más grave: la "T" debe esperar hasta el cierre mismo del Clausura para saber si revalida o no.

"Así es difícil jugar". El Chateau estaba bárbaro, a excepción de las nuevas marcas que dejó el paso del Rally Mundial. La temperatura era agradable y el rival también era importante: San Martín, que lucha por el Clausura y por subir en la tabla general.

El Chateau no se llenó como pidió el DT Salvador Capitano, pero hubo 20 mil personas. Igual, después de la derrota, la frase que más se recordó del DT fue aquella que, también fue pronunciada a principios de semana, y advertía: "Talleres sigue en terapia intensiva".

Más allá de las limitaciones de siempre, el equipo fue cauteloso. Y los primeros desamparados fueron Garay y Ceballos, que recibieron poco juego y se la pasaron corriendo rivales para ver si lograban pescar una pelota más.

"Hay que jugar más por abajo y no tanto por arriba. Es muy difícil jugar así, cuando de 90 minutos, se juega 70 por arriba. Tendremos que acostumbrarnos. Pero nos complicamos solos. San Martín ganó bien. Si vos das ventajas, tarde o temprano te ganan el partido", dijo Garay.

-¿Se lo plantearon al DT?
-A Capitano también le gusta jugar por abajo: ya nos lo dijo. No se está dando, pero hay que cambiar las cosas. Con Villa Mitre y en el fango, jugamos por abajo y ganamos. Con Unión, creamos opciones. Tan errados, no estamos.

Capitano, por su parte, no esquivó al bulto y antes de hablar del perfil del equipos, habló de por qué Roth estuvo tan libre. "Superó la marca. ¿El ingreso de García? Teníamos dos líneas de cuatro ¿Con cuántos vas a defender? Teníamos ocho defensores para contenerlos.

-Garay y Ceballos estuvieron desprotegidos...
-Pero no en el primer tiempo. Buffarini y Quiroga jugaron por las bandas. El tema era poder coordinar los movimientos ofensivos cuando se recupera el balón.

Escaramuzas. La vuelta al Estadio Córdoba fue "completita". Hubo escaramuzas entre algunos barras de Talleres, lo que obligó a la intervención policial. Esta vez, por suerte, no hubo heridos ni detenidos.