Hizo su negocio
Con un aceptable rendimiento, Talleres le arrebató un empate a Unión, que pelea los primeros puestos y el punto le permitió olvidarse del descenso directo.
Talleres consiguió un punto en Santa Fe, frente a Unión, en un trámite cerrado y parejo. El equipo de Capitano defendió bien, esquivó el descenso directo y ahora quiere dejar atrás la Promoción.
El festejo de los jugadores tras el pitazo final de Baliño dejó en claro que Talleres se llevó a Córdoba exactamente lo que vino a buscar a Santa Fe: un punto, que suma y mucho. Porque los de barrio Jardín ya esquivaron definitivamente el descenso directo y se alejaron un poco más de Ben Hur, uno de sus rivales en la lucha por esquivar la reválida.
Pero no sólo desde los fríos números debe valorarse esta igualdad. Porque también hubo cuestiones futbolísticas que dejaron en claro que esta tardía recuperación que comenzó a mostrar el equipo puede estirarse hasta el final de la temporada y, de esa manera, dejar atrás el fantasma de la pérdida de categoría. Anoche, por primera vez en una rueda, Diego Pozo terminó un encuentro sin recibir goles. Y eso tuvo que ver con que Talleres supo cómo jugarle a un equipo que está peleando el campeonato y tiene a dos jugadores distintos para la categoría, como Paulo Rosales y César Pereyra, ayer anulados casi por completo.
El planteo del entrenador dejó en claro que el elenco albiazul saldría a pelearle el partido a Unión en la mitad de la cancha. Porque delante de la línea de cuatro del fondo, el DT puso cuatro volantes y un enlace, Diego Garay, que jugó mucho más cerca del círculo central que del área rojiblanca.
La férrea marca de Emanuel Giménez e Iván Dragójevich sobre Rosales hicieron que el ex Newell’s tuviera que recostarse sobre los costados para entrar en contacto con el balón. Fue así como el diez «Tatengue» se tiró sobre la izquierda, para tratar de generar fútbol desde ese lugar. Pero no encontró socios, ya que Pereyra fue bien tomado por Malagueño y Gill.
La primera situación de riesgo frente a los arcos llegó a los dos minutos de juego, con un cabezazo de Ceballos que se fue desviado. El local tardó en responder, pero cuando lo hizo estuvo a punto de abrir el marcador. Luego de un rechazo largo, Peralta Pino aprovechó las dudas de Gill y Pozo, quien salió mal del área y le cometió infracción al atacante. El tiro libre lo hizo Pereyra, quien le pegó con mucha categoría y la pelota se estrelló en la parte de abajo del palo derecho.
Los últimos veinte minutos de esa primera etapa fueron los únicos en los que Talleres se vio superado por su rival. En ese lapso, el local armó un par de combinaciones interesantes por la derecha, con Fontana, Martín Zapata y Pereyra como protagonistas. Pero salvo un remate del «Chapa» que se fue desviado, todo terminó en centros inofensivos.
Consciente de que el esquema le estaba dando el resultado que quería, Capitano no tocó nada en el entretiempo y salió a jugar de la misma manera. En ese período, el funcionamiento defensivo del equipo fue casi perfecto, ya que Unión no pudo poner jamás a un jugador cara a cara con Pozo. La única equivocación fue a los nueve minutos, cuando la defensa tiró mal el fuera de juego y Pereyra cabeceó solo, obligando al arquero a una reacción espectacular para sacar la pelota al córner.
De allí en más, la «T» supo jugar con el nerviosismo del dueño de casa, que buscó la victoria con desesperación, pero sin ideas. Pozo pasó a ser un espectador de lujo y Garay comenzó a manejar más el balón. Eso sí, en el ataque, poco. Nada en realidad, ya que en el segundo tiempo Píriz Alvez, ingresado a cuatro minutos del final, fue el primero en patear al arco.
Talleres consiguió un buen punto y ahora, de cara a las tres finales que aún debe jugar, tendrá que mantener la actitud y la solidez defensiva que mostró ayer, para dejar de pensar en el descenso lo más rápido posible.