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Todos contra uno. Dragojevich, Gill, Malagueño, Ceballos y Trullet, pendientes de la gambeta de César Pereyra. Talleres se trajo una buena cosecha de Santa Fe y sigue fuera de la reválida..

Marcos Russo / [email protected]

Con orden, equilibrio y una actitud diferente, Talleres rescató un empate ante Unión, en Santa Fe

Talleres es otro equipo. Anoche cumplió una correcta actuación y se trajo un valioso punto de Santa Fe, tras empatar sin goles con Unión. Sin dudas, el triunfo de la fecha anterior ante Villa Mitre, en Rafaela, le permitió sacarse un pesado lastre, ganar en confianza y presentarse en una cancha complicada con una actitud más acorde a su historia.

Esta vez, el equipo de Capitano lució ordenado, "mordió" en toda la cancha y, lo más importante, fue equilibrado y solidario.

De tanto cuidar ese orden, la "T" fue tímido en ofensiva. Dependió mucho de lo que intentó Diego Garay. El "10" puso la pelota contra el piso y procuró hacer jugar a sus compañeros, pero sólo pudo asociarse con Buffarini, Quiroga o el solitario Ceballos.

Algunas trepadas de Lautaro Trullet, más repetidas en el segundo tiempo, fueron la variante para intentar progresar en ataque, aunque siguió siendo escaso.

Talleres arrancó mejor parado. Su medio campo le imprimió una gran dinámica al juego y asfixió a Unión en todos los sectores. De a poco, la presión se fue diluyendo y Unión encontró algo de aire en Rosales y César Pereyra. Así, el juego se tornó parejo y muy trabado en la mitad del terreno.

El poco peligro que pudo generar el Tatengue se debió a que Talleres cometió muchas infracciones cerca de su área. Entonces, llovieron los centros en el arco de Pozo, pero el remate más peligroso fue un tiro libre que Pereyra estrelló en un palo.

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Trullet en juego. El defensor tuvo una muy buena actuación.

El valor de sumar afuera. Talleres nunca se apartó de su libreto, ni siquiera en el complemento, cuando Unión se fue diluyendo en medio del nerviosismo que le transmitían sus hinchas. El equipo albiazul estuvo concebido de atrás para adelante, con cuatro defensores que despejaron todo (salvo alguna duda de Malagueño y Correa), y dos volantes de contención expeditivos, como Dragojevich y Giménez.

El único error grueso de la defensa visitante ocurrió a los ocho minutos del complemento. Apareció Pereyra muy solo para conectar un centro. Era gol, la hinchada ya lo gritaba, pero apareció Pozo, y fue córner.

Tras el susto, Unión se olvidó de atacar, se apagaron Rosales y Zapata y el que propuso fue Talleres. A partir de ahí quedó la sensación de que si se animaba un poco, lo podía ganar. A medida que pasaban los minutos, la "T" entendió que el punto era positivo. La realidad que lo lleva a mirar la tabla de los promedios quizá influyó para que no se animara a arriesgar un poco más para llevarse un premio mayor.