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Todo fue inutil.

Marcos Russo /
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Miembros de la barra amenazaron a los jugadores.

Si algo le faltaba al pésimo presente de Talleres, era un apriete de los barras a los jugadores. Y ayer, tras el 19º encuentro sin victorias, la extorsión se produjo. A la salida del estadio de Huracán de Tres Arroyos, cuando la delegación albiazul ascendía al ómnibus, recibió la visita de unos cinco barras del grupo "la Fiel".

La historia había comenzado un rato antes. Apenas terminado el partido, el goleador Diego Ceballos se acercó a la cabecera en la que estaban los hinchas y mediante una seña les prometió que les daría su camiseta. Minutos después, algunos barras llegaron hasta cerca de la puerta del vestuario para pedir "el equipo de Ceballos", según comentó un policía. Enseguida, los hinchas fueron desalojados de ese lugar, pero sin darse por vencidos esperaron a los jugadores a la salida.

No fue un encuentro tranquilo. "Ya vas a ver en Córdoba", fue la amenaza a Javier Malagueño. "Vos te reís en la cancha", le recriminaron a Oscar Villarreal. "Pozo, te comés todos los goles", fue el reclamo para el arquero.

Ceballos, Malagueño y Pozo eran los jugadores que daban explicaciones, y el resto del plantel escuchaba. No hubo cuestionamientos hacia el director técnico Salvador Capitano.

La mayoría de los jugadores salió sin hablar. Sólo Iván Dragojevich se expresó, con frases de casete: "Es lógico que estén enojados. Fue una discusión, nada más. Esperemos que quede ahí".

"Más allá de que es entendible que estén calientes, nosotros somos los primeros perjudicados en todo esto. Creo que el equipo hoy jugó bien, ellos en el segundo tiempo no pasaron la mitad de la cancha", concluyó Dragojevich.

Cabe recordar que a algunos integrantes de "la Fiel" que ayer estuvieron en Tres Arroyos, se les aplica el derecho de admisión cuando la "T" juega de local y que tienen antecedentes poco felices en anteriores excursiones. Este grupo de hinchas fue el que produjo disturbios en Comodoro Rivadavia, donde fue denunciado.

Sombras, nada más. Capitano se tomó con resignación su segunda derrota como DT albiazul. Al tratar de dar una explicación, señaló: "Sería como repetir lo que pasó ante Almagro o tal vez peor. La gente ya no quiere escuchar más que merecimos ganar, que el equipo fue superior al rival y que se brindó a muerte".

"Controlamos al rival, tuvimos situaciones, pero no las hemos concretado. Pero la gente ya no quiere escuchar más eso. Quiere escuchar que ganamos", señaló.

–¿Qué razón futbolística le encuentra a la derrota?
–Que no la pudimos meter. Otra cosa no te puedo decir.

En tanto, Julio Buffarini, el mejor de la "T", dijo resignado: "Los chicos dejamos todo, pero los resultados no se dan. Otra vez nos vamos con las manos vacías".