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Duelo en el medio campo. Javier Espíndola, de Huracán de Tres Arroyos, anticipa a Ramiro Pereyra, de Talleres.

Marcos Russo /
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Huracán, tan limitado como Talleres, aprovechó una réplica, aguantó y ganó.

La mala racha de Talleres parece no tener fin. Ayer por la tarde, en otra pobre actuación, sufrió una nueva derrota, 0-1 ante Huracán de Tres Arroyos, un equipo que parece trascurrir sus últimos días en la B Nacional.

¿Cómo explicar que la "T" no jugó bien, pero que tampoco mereció perder? Fue simple: su rival, limitado, ejecutó de manera magistral una contra, marcó el gol y después defendió con litros de sudor esa mínima ventaja.

En el feo partido que protagonizaron dos de los peores equipos del torneo, en el que el buen juego estuvo ausente, la diferencia estuvo en la actitud de uno y otro.

En el primer tiempo, Talleres fue un equipo sin alma y sin sangre. Con un poco de garra, y con "morder" en todos los sectores de la cancha, a Huracán le alcanzó para plantarse mejor, si bien sus únicos recursos de ataque fueron los centros a la olla.

A partir de los 20 minutos, Talleres hizo pie, pero su juego carecía de ideas. Sólo Iván Dragojevich intentaba entregar alguna pelota con cierto criterio.

Garay tuvo poco el balón –cuando lo tuvo, lo perdió– y Ceballos y Píriz Alvez lucieron desconectados. Los dos delanteros la buscaron siempre, pero debieron correr y perder contra la defensa local, esperando que les llegara alguna pelota al pie.

A los 24 minutos hubo una jugada que pudo cambiar el desarrollo del partido. Damián Fernández bajó a Matías Quiroga cuando éste ingresaba al área local. Era penal, pero el árbitro Mazzón, tras dudar cinco segundos, señaló tiro libre.

El partido no tenía dueño, pero a los 32 minutos, Huracán armó una gran jugada que terminó en el gol de la victoria. Levato le quitó un balón a Quiroga y se la pasó al pibe Caló (16 años), quien la abrió para Galván. El volante mandó un centro al área, que fue conectado de manera impecable por González.

El 0-1impactó en un equipo golpeado, como Talleres. Enseguida, la defensa se desordenó y Herrera se perdió el segundo.

Un cambio infructuoso. En el complemento, Talleres fue otro equipo. El cambio de mentalidad fue notorio. Le alcanzó para inclinar la cancha y generar cinco situaciones de gol.

Pero Ceballos sigue con el arco cerrado. A los 8 minutos, desde el área chica, el santafesino la tiró por arriba. Después, se lo perdieron Villarreal y Garay, dos veces, y Buffarini, con un potente tiro que tapó Pocrnjic.

Con los pibes Buffarini y Pereyra como líderes, la "T" acorraló a Huracán, que no pasó la mitad de la cancha en el segundo período. Eso demostró que Talleres, aunque no jugó bien, mereció volverse de Tres Arroyos con algo más que la derrota.