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El juez Carlos Tale, ayer en su despacho. Cuestionó la forma en que se movió el grupo denominado "Notables".

Reportaje al juez Tale


Hugo García /
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El juez Tale reconoció la gravedad de la situación y pidió que “colaboren” a quienes se quejan.

La necesidad de respuestas y soluciones a la crisis que vive Talleres, a partir de la quiebra y el fracaso deportivo que lo deposita a las puertas de pelear el descenso al Argentino A, llevó a sus principales actores políticos y deportivos a pronunciarse en la serie de informes que publicó esta semana La Voz del Interior. Una pieza clave es el juez Carlos Tale, quien aplicó la Ley 25.284, que le permitió al club seguir funcionando en lugar de ser liquidado.

El magistrado, cuestionado por algunos sectores internos de Talleres, se mostró preocupado por la realidad e hizo una convocatoria al consenso y la unidad, mientras no dudó en reconocer que está latente la posibilidad de la liquidación.

Tale dijo que no puede ni quiere apartarse del proceso y reconoció que el gerenciador Carlos Granero le insinuó que puede llegar a vender las acciones.

El juez, acompañado por los abogados Juan Fernández Alé y Alfredo Ciocca, explicó y detalló ayer a La Voz del Interior todos los pasos que dio hasta el momento y trazó su visión sobre la situación del club.

Etapa concursal. Mientras se aplicaba el concurso de acreedores, había socios y podía ser electa la directiva. Eso se perdió cuando Talleres pidió su quiebra, el 8 de diciembre de 2004.

"Antes que nada quiero decir que cuando fui nombrado en 1994, ya existía el concurso de acreedores desde 1992. El tribunal se mantenía informado sobre el cumplimiento del acuerdo por los informes del síndico. Los informes no llegaron con la regularidad exigida o deseada, pero tampoco había denuncia de que no se hubiera pagado lo prometido. La función no iba más allá de eso. Si nadie del club viene y dice no puedo pagar lo prometido y nadie se queja de que no le pagaron, el concurso sigue. Uno debe imaginar que llegaron a un acuerdo o que pagaron.

–¿Usted no intuía nada?
–Antes de quebrar, el club había dado pasos para levantar el concurso. Incluso los facilité bastante. Lejos estaba se saber que la situación económico-financiera fuera delicada.

–¿No se lo debía informar el síndico Fernando Bargalló?
–Debía informar del cumplimiento del acuerdo con los acreedores y estaba casi cancelado. Faltaban conseguir algunos recibos. Sí, había pedidos de quiebra por deudas nuevas. Ahí ya no era función del síndico. No se le puede imputar a él, la quiebra posterior.

–¿Y la deuda extra concursal, verificaron por casi 50 millones? ¿De quién es la responsabilidad?
–Nadie convenció al tribunal de esa deuda. No vinieron nuevos acreedores a reclamar. Los pedidos de quiebra generaban la duda, si eran una forma de presionar al club para cobrar rápido para evitar la quiebra o si el club estaba en cesación de pagos. El club pidió la quiebra, después de evitar el remate de la sede. Cuando pedimos la atracción de todos los juicios del club al juzgado de la quiebra, nos topamos con la realidad. La directiva no nos dijo de eso.

–¿No pudo evitarse la quiebra?
–No. Quien viene a pedir su quiebra, hay que abrírsela.

–¿Por qué aún no se estableció quién quebró al club? Ya vencieron los plazos y se les tomó la declaración a las últimas tres comisiones...
–El fideicomiso debe resolver sobre los sumarios, no el juez. El plazo está vencido. Fue un punto decisivo a la hora de remover a los fiduciarios José Preve y Jorge Nasser.

–¿Por qué siguió con esta ley, si el club era inviable?
–Es obligatoria. Si no hay chances de salir adelante, se declarará la liquidación. El fideicomiso me informó que podía tener un final feliz y normalizar el club, pagando a los acreedores. Lo rechacé. Se mejoró. No era fácil. Valía la pena intentarlo porque para liquidar siempre hay tiempo. Siempre y cuando exista la certeza de que no van a desaparecer los activos, se podía intentar. “Los Notables”, allegados al club, decían que iban a hacer los aportes para zanjar la situación. Pero mintieron. Acá vinieron Egea, Heyd, De Biasi, Salum, Escribano y su hijo, en representación de la firma Roggio. Me conformaba la salida de entregarles el club. Pero surgió una cuestión de orgullo: querían que sacara a los fiduciarios. Imposible. Cada vez había más disenso. Cuando el Grupo Roggio se bajó, el resto se dio cuenta de que no iban a poder afrontar esta situación. Por eso empezamos a pensar en la licitación. Además, sugirieron liquidar al club y fundar una Asociación Civil con los símbolos del viejo club. En otros ámbitos se llama vaciamiento. Empezó el agobio. Las denuncias y el periodismo mercenario. Cada cual que se ponga en la casilla que le corresponde. Apareció el minúsculo grupo La Causa. Nadie vino con una propuesta de inversión.

–Ellos dicen que sí...
–No la hubo. Se abrió la licitación. Hubo un solo oferente, Ateliers. Entonces, que no reclamen como mujeres aquello que no supieron defender como hombres.

–¿De qué periodismo habla?
–Cada cual que se encasille en su lugar.

–Hubo cogobierno de “Los Notables” con el fideicomiso durante unos meses.
–Fue una colaboración.

–Al pliego de licitación le faltaban datos y omitía otros...
–”Los Notables” lo plantearon por la vía civil y luego desistieron. Quien tiene la certeza de un derecho, lo lleva hasta el final. Es fácil ver que no habría demasiadas certezas.

–¿El pliego se hizo a medida de Carlos Granero?
–Es un absurdo. Se publicaron edictos. Faltando 25 minutos para el cierre, los ex directivos compraron el pliego. Luego, no ofertaron.

–Se aprobó rápido la oferta de Ateliers, con un capital de sólo 12 mil pesos.
–Está dentro de la ley. El pliego no lo prohibía.

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Granero insinuó irse.
–¿Cómo juzga la gestión de Ateliers?
–Cumple, más allá de lo deportivo. No estoy afiliado a AFA, sino me pondría los pantalones cortos para ayudar en esta situación. Contrató a Gareca y a Garay pensado en Talleres. Se dice que no armó un buen equipo, que Ateliers lucra con el traspaso de jugadores. ¿Piensa que estando en la B Nacional, no gana más de lo que se pierde?

–El plantel se queja por los contratos privados, la barra es un problema por el reparto de carnés, se generó nueva deuda. ¿No se suponía que eso se había terminado?
–Si hay empleo en negro, para eso está la Justicia Laboral. Granero intentó con la admisión de hinchas. ¿Que admitió que le daba camisetas? Es como el trabajo en negro. El que logre la manera de que no lo haya, será una maravilla. ¿O las directivas no les dieron? Alguna vez habrá tenido que ceder Granero.

–¿Por qué hay más jugadores no formados en el club? ¿Cuándo se va a capitalizar?
–Hay plazos para aumentar la cantidad de jugadores propios. Espero al nuevo fideicomiso para poner el ojo en eso.

–¿Es una autocrítica?
–Controlamos lo que el fideicomiso hace y el triunvirato debe supervisar esto. ¿Si no, para qué están? Luego, nosotros controlaremos. No debemos estar lejos. Habrá que repasar el pliego. A veces es difícil llegar a la gente con conceptos jurídicos. Por ejemplo: ¿qué deficiencias tiene Granero para que yo lo saque? Quizá me digan del intento de diferir el canon actual, que ya pagó. A lo mejor, Granero será quien quiera irse y no nosotros; y no nosotros quienes estemos por echarlo. A ver, ¿en qué no cumplió Granero?

–Advirtió su preocupación por el pago en cuotas.
–Le concedí un plazo, pero no cuatro cuotas. Estaban trabados unos fondos de AFA. Pero le di algo de plazo porque el fideicomiso debía acelerar ese cobro. Para mí, Granero no es una preocupación. Creo que la hay para él. Probablemente, vendería su posición contractual. Es feo retirarse como lo han hecho los DT, con una frustración.

–¿Se lo insinuó?
–En la última reunión. En la del martes pasado. No me lo dijo en forma categórica, pero me lo insinuó.

–¿Crece la deuda?
–Se han presentado con recursos de revisión. Varios han sido admitidos. De cada cuatro incidentes, tres prosperan. El fideicomiso tuvo una gestión mala. Por eso, la sentencia de remoción. La deuda crece. No la podemos determinar porque hay incidentes apelados.

–¿No le preocupa que los acreedores no hayan cobrado desde la quiebra de 2004?
–Estamos haciendo el aguante. Una de las primeras cosas que vamos a hacer con el nuevo fideicomiso es pagar.

–¿De qué manera el club puede volver ya a los socios?
–Hay que pagar la quiebra antes de tiempo mediante esta gestión judicial o por donaciones. La peor posibilidad es que esto se nos corte por no lograr los resultados concretos que pide la ley.

–¿Sigue el riesgo de que pueda liquidarse el club?
–Obviamente. Estamos luchando. Lo ideal sería que la gente que ha llorado acá por Talleres, haga su aporte en lugar de dañarnos a nosotros.

–¿Los ingresos no debería generarlos la administración fiduciaria?
–Sí. Pero está la posibilidad de que haya aportes.

“No tengo causal para apartarme”
–Con tantas denuncias, manifestaciones en su casa, amenazas a su familia... ¿Por qué no se apartó?
–La ley no me da la posibilidad. Hay que tener una causal de apartamiento. Las denuncias deberían haber sido hechas antes del proceso. Si no, sería muy fácil. "No me gusta el juez, lo denuncio". Tengo que seguir adelante. No voy a fabricar causas de apartamiento. Y si fuera voluntario, no me apartaría. ¿Por qué perjudicar a otro juez con una causa que te lleva el 60 por ciento de la jornada laboral?

–¿Por qué la efervescencia? ¿Por usted, por Granero o por los malos resultados?
–Los resultados tienen una influencia y algunos pesitos que andan dando vuelta y van a manos de los que gritan e insultan. Y si a mí no me insultan, me están dando un plazo de gracia.

–¿Cómo califica su gestión?
–No puedo hacerlo. Deben hacerlo los que opinan. Pregúnteles a mis empleados. Ellos ya lo dijeron en un solicitada.

–¿No se reprocha nada? Nasser dijo que quiso arrastrar a los fiduciarios por las denuncias penales.
–No. A Nasser lo sufrimos todos.