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Daniel Chávez frena el intento de Diego Garay. El "10" albiazul tuvo un buen primer tiempo y después decayó.

En el debut de Capitano, Talleres repitió errores y cayó con Almagro.

¿Cómo se sale de este mal momento? ¿Alguien tiene la fórmula mágica para que Talleres corte la racha de 18 partidos sin ganar? Por ahora, no hay respuestas ni soluciones. Ayer era una buena oportunidad, porque debutaba Salvador Capitano como entrenador de la "T" y enfrente estaba Almagro, un equipo que pelea por zafar de la reválida. Sin embargo, una vez más, el equipo de barrio Jardín perdió.

Esta vez cayó 2 a 1 y los silbidos del público que se acercó al Estadio Córdoba, en una tarde fría y lluviosa, mostraron que nada cambió en el difícil panorama de Talleres.

Por momentos, sobre todo en el primer tiempo, la "T" jugó a algo. Un hincha se sorprendía en la platea y decía: "Mirá, pueden hacer tres pases seguidos". Con qué poco se conformaban los más de 5.000 simpatizantes albiazules que estuvieron en el Chateau.

En ese lapso de tiempo, Diego Garay estuvo activo y se involucró en cada ataque de Talleres. Ramiro Pereyra y Matías Quiroga cubrían bien sus sectores y cumplían con lo pedido por el DT: que se sumaran a la ofensiva cuando la "T" tenía la pelota. De esa forma, no quedaba tan solo Ceballos arriba.

Justamente los chicos albiazules abrieron el marcador. Pereyra tomó la pelota por la derecha, se frenó, levantó la cabeza y tiró un centro perfecto por donde ingresaba Quiroga, quien estaba muy solo y de cabeza convirtió el primer gol de la tarde.

Parecía que la racha se cortaba. Pero el espejismo apenas duró 10 minutos. La figura de Lucas Sparapani (un verdugo que siempre amarga a los clubes cordobeses) empezó a crecer. En sus pies tuvo una chance inmejorable. Quedó mano a mano con Pozo, se quedó pensando que estaba adelantado y Compagnucci lo trabó justo.

Fue un aviso que a los 42 minutos del primer tiempo se cristalizó con el empate de Almagro. Luego de dos centros cruzados, la pelota le quedó picando al borde del área chica a Milla, que definió sin problemas. Ese gol desmoronó a Talleres, que a partir de allí mostró los mismos errores de partidos anteriores.

Las chances malogradas. En el complemento, los albiazules tuvieron oportunidades para marcar, pero entre Tauber y la mala puntería, el marcador no se movió. Dos cabezazos de Quiroga y Ceballos pasaron muy cerca del arco. Luego al "9" pareció que le cometieron penal, la jugada continúo, Compagnucci remató y el arquero Tricolor tapó.

El panorama parecía que mejoraba para Talleres cuando a los 26 minutos se fue expulsado Martínez en Almagro. Sin embargo, cuatro minutos después Sparapani arrancó de mitad de cancha y en una jugada maradoniana definió sobre la salida de Dulcich (había ingresado por el lesionado Pozo). Golazo.

Después fue todo descontrol y otra vez Talleres perdió.