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Gareca "dialogando" con plateistas.

Eduardo Eschoyez /
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Talleres perdía 1-0 con Rafaela y los hinchas explotaron: el partido fue suspendido. Hubo incidentes, detenidos, heridos y un juez asistente agredido. Gareca renunció.

No fue lo que se dice un sábado de gloria, precisamente. Ayer, por el mismo precio, Talleres acumuló la 11ª fecha sin victorias en el Clausura de la B Nacional, el partido que perdía 1-0 con Atlético de Rafaela fue suspendido por incidentes y, encima, un juez asistente fue agredido con una piedra. Además, Ricardo Gareca presentó, en forma indeclinable, su renuncia como entrenador.

¿Podía ocurrir algo peor? Hasta la mitad del segundo tiempo, cuando el partido iba 0-0, los hinchas seguían empecinados en sostener la prueba de amor hacia un equipo que futbolísticamente hace rato no le devuelve nada a la tribuna. Alentaron y gritaron para que la “T” fuera al frente, para que no se rindiera.

Pero llegó el minuto 29: gol de Rafaela. Entonces el apoyo conmovedor se convirtió en la calma que antecede a las tormentas. El clima fermentó hasta que a los 44 minutos, con el final prácticamente encima, todo se fue de las manos. La ligaron todos: la gente insultó a los jugadores, se la agarró por enésima vez con el gerenciador Carlos Granero y hasta Ricardo Gareca, un intocable para la tribuna, ayer se quedó sin crédito y fue tratado de “ladrón” por algunos plateístas.

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Al final del partido la policía intervino.
Entonces se sucedieron las postales de la rutina violenta de nuestro fútbol. Los hinchas de la popular sur se colgaron del alambre pretendiendo romperlo, la Policía reaccionó, llegaron los bomberos para apagar la bronca con agua a mansalva y se desataron las corridas. El árbitro Daniel Raffa primero detuvo el juego y cuando su compañero Julio Ayala recibió el piedrazo, tomó la determinación de suspenderlo. Iban 44m55s.

Se veía venir. Gareca confesó que, durante la semana, ya le había adelantado a Javier Malagueño y Diego Garay que ayer renunciaba, más allá del resultado. Y cumplió, sólo que en el peor de los escenarios.

A la hora de las explicaciones, Granero sostuvo que la situación es inesperada e incomprensible. “Hace tres meses los hinchas vivían un estado de euforia con la llegada de Gareca y Garay. Y ahora tenemos esta realidad, con 11 partidos sin triunfos”, remarcó.

“Este nivel de resultados no puede dejar conforme a nadie. Menos a los hinchas”, confesó un Granero abatido.