Comodoro Rivadavia. ¿Dónde irá a parar Talleres? Haber evitado que la CAI sólo lo despachara de Chubut con un 3-0, es el único atenuante que deberá contemplarse esta vez. No estaba el viento, tampoco la lluvia y hasta el árbitro Raúl Bertinotti pareció apiadarse de la "T" al frenar algunos ataques del equipo local con algunos fallos ("fueritas de juego") que desconcertaron al público y, sobre todo, a sus colaboradores. Quizá por el cargo de conciencia que le quedó tras aquel decisivo penal que "vio" ante Olimpo, hace algunas fechas en Bahía Blanca.

Como en una kermeses, Talleres no dejó de regalar puntos, tiempos, goles y hasta su dignidad. Sólo basta con decir que pateó dos veces al arco defendido por Trípodi en todo el partido.

Por eso, su entrenador, Ricardo Gareca, se quedará en Buenos Aires para analizar nuevamente su continuidad, aunque esta vez parece que no habrá quién lo convenza de seguir conduciendo a un equipo que continúa último en el Torneo Clausura y en la temporada, y que realiza la peor campaña de la historia albiazul en los torneos de la AFA.

Sin respuestas. No hubo respuestas colectivas ni tampoco individuales. Las sorpresas que Gareca pretendió dar con el 4-4-1-1, más las ratificaciones de Mannara, Villarreal y la inclusión de Baroni como marcador central, confundieron más a sus dirigidos que al rival. Fue lo más bravo de digerir para el DT.

Ayer la CAI sabía que su negocio estaría en poner atención a las fisuras que podía ofrecerle un equipo al que la pelota le quema. Rolle tiene un pie sensible y sabe buscar al goleador Villegas y al velocísimo Jara, dos delanteros que no funcionan sin el abastecimiento necesario. El partido estaba 0-0 y sin novedades. Pero, a los 24 minutos, la "T" concedió un tiro libre al borde del área. Vino la ejecución del enganche local y Villegas, libre de marcas, tuvo el tiempo necesario para agacharse y cabecear al gol. Se trata de una película que tiene más repeticiones que "Rocky".

No hubo forma de que Talleres reaccionara: la única llegada del primer tiempo había sido un tiro libre de Baroni, que había salido cerca de un palo. Rolle, también con muchas libertades para recibir, volvió a poner cara a cara con Pozo a Villegas, pero éste pateó desviado.

"Varios menos". En el complemento, Gareca se jugó: armó un 3-4-1-2, con Garay en su puesto de enganche y Villarreal sumado a la ofensiva. Pero vino otro descuido... y otro gol. Tiro libre sobre la izquierda y envío cruzado de Defilippi que se metió sobre el segundo palo, sin que nadie pudiera desviar la trayectoria del balón. Iban 19 minutos y el partido empezaba a definirse.

Para colmo, Baroni se hizo expulsar al darle una patada innecesaria al autor del 2-0 y dejó al equipo albiazul en inferioridad numérica, aunque a esa altura daba la sensación de que la "T" jugaba con "varios menos".

Un contraataque fulminante, con remate cruzado de Jara, tras un pase de Asencio, a los 29 minutos. Con el 3-0, la CAI se envalentonó más –recién allí el DT Zamora dio la orden para que ya nadie escondiera las pelotas– y casi logra el cuarto. Un ratito después, vino un remate de Correa, que obligó a que el arquero Trípodi pusiera las manos. Fue la única intervención de la tarde para el arquero de la CAI.