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Talleres no jugó mal, pero perdió. El peso de los números hizo que el DT renuncie. Foto: LaVoz / Sergio Cejas.
Hugo García / [email protected]

Gareca renunció en los vestuarios. El gerenciador Carlos Granero y los jugadores buscan que dé marcha atrás en su decisión.

Con la derrota consumada, Ricardo Gareca inició su marcha. Desandó el camino como si fuera un calvario. Se desabrochó uno de los botones de la elegante camisa blanca, mientras se martillaba con la realidad de Talleres, último en todo, y con la de su cuarto ciclo en el club: una cosecha de 3 puntos sobre 24 y un equipo con muy poca de esa mística con la que se forjó, por caso, el ascenso de 1998.

Nada que ver con lo que había soñado y mucho más cercano la era anterior en la que, en el orden local, sacó un punto sobre 27. Por eso, cuando se metió en el vestuario, tenía decidido renunciar. No bastaron ni los méritos realizados para no perder ante Instituto, ni los aplausos de la gente. El DT se reunió con el gerenciador Carlos Granero y con los jugadores para darles a conocer su decisión y le pidieron que reconsiderara todo. Gareca les dijo que se iba a Buenos Aires a charlar con su familia, pero dejó una reflexión: "Acá hay buen plantel, pero en esto tiene mucho que ver el entrenador".

Luego, "el Tigre" salió del vestuario para responder a las requisitorias periodísticas. "Quiero lo mejor para Talleres. Sacar tres puntos sobre 24 es muy malo. A Granero ya se lo venía adelantando. Y le tengo que agradecer, igual que los jugadores. En mi casa resuelvo y cuando vuelva, vemos. Algunos muchachos han venido a hablar conmigo. Tengo plantel para revertir esto. Pero tiene que ver mucho el entrenador. Es muy complicado. Soy el máximo responsable. No tengo qué reprocharle nada a los jugadores. Dejaron todo. Olvídense de ellos.

–¿Contra Tigre vas a estar?
–No sé.

A convencerlo. A su turno, los referentes del plantel revelaron que intentaron convencer a Gareca de que revierta su determinación. "Le pedimos que se quedara porque no tiene toda la culpa. Hace todo lo posible para sacarnos de este momento", reflexionó Pozo.

"Le pedimos que siga", reafirmó Ceballos. Y Garay, alguien que lo conoce de sus procesos anterior, afirmó: "Ha tomado una decisión. Ojalá me equivoque y cambie de parecer. Pero lo veo decidido". ¿Y Granero? El gerenciador, aquel que fuera su representante durante muchos años, se mostró sorprendido. "A mí no me renunció. Este proyecto es con Gareca". Si Gareca sigue firme, Granero le pedirá que, al menos, dirija con Tigre.