La historia en la que Ricardo Gareca se convirtió en ídolo de Talleres comenzó a escribirse en un clásico. La victoria 5-0 sobre Belgrano en 1996, que cortó una sequía de 14 años sin triunfos ante el rival de toda la vida, fue la base de una idolatría que después se fortificó con el ascenso a Primera División en 1998 y la obtención de la Copa Conmebol en 1999.

Pese a que no será ante el rival celeste, el del próximo sábado contra Instituto es un clásico que puede marcar un punto de partida para el entrenador albiazul. Gareca se mostró conforme con la evolución del equipo en los últimos dos partidos, sobre todo con el equilibrio de su juego, y apostará todo a conseguir su primer triunfo en el Torneo Clausura.

Así como un triunfo podría encarrilar un desempeño flojo, habrá que estar atentos a una hipotética derrota. "No quiero ser un obstáculo", "en el fútbol los resultados mandan" o "prefiero ir partido a partido", son frases que dijo el entrenador en los últimos días. "El Tigre" está de ánimo y se siente capaz de revertir el mal arranque y se plantea un interrogante: ¿resistirá un resultado adverso?

El plantel volverá a entrenarse esta tarde. A excepción de Fernando Godoy (suspendido provisionalmente tras su expulsión contra Olimpo), Gareca dispone de todo el plantel para enfrentar a Instituto.