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Carrario maniobra ante la marca del debutante Conti. Talleres controló bien a Olimpo hasta el gol de Blanco. Foto: Gentileza La Nueva Provincia.

Marcos Russo / [email protected]

Talleres apostó todo a defenderse. Cuando le convirtieron, no supo qué hacer.

Talleres perdió otra vez. Quizá no lo mereció, pero el 1-0 que le propinó Olimpo, anoche en Bahía Blanca, desnudó un poco más el triste presente que atraviesa el equipo albiazul.

Talleres sorprendió con un planteo netamente defensivo. Con dos líneas de cuatro, y seis defensores en la alineación titular, su propuesta fue lo más parecido al catenaccio, el sistema ultraconservador que hicieron famoso los italianos en la década del ‘60. Recién cuando estuvo en desventaja, desde los 10 minutos del segundo tiempo, empezó a pensar en el arco rival, y allí quedaron en evidencia sus carencias a la hora de generar fútbol y arrimar algo de peligro en el campo de juego contrario.

El cerrojo albiazul. En el arranque del partido, un par de centros cruzados complicaron a la última línea de Talleres y todo parecía indicar que el equipo albiazul la pasaría muy mal en Bahía Blanca. Sin embargo, la “T” se acomodó y le cerró los espacios al local hasta llenarlo de impaciencia y despojarlo de agresividad. Talleres también generó algo de peligro por la vía de los centros y molestó con dos cabezazos: uno de Malagueño, que sacó Gutiérrez, y otro de Conti, que se fue cerquita del arco.

La visita trató de avanzar por los costados con los pibes Buffarini y Quiroga, pero le costaba mucho prosperar en terreno rival. Y entre la escasez de ambiciones de la “T” y la impotencia de Olimpo, que no supo romper el cerrojo albiazul y tuvo bien controlados a Carrario y Blanco, el primer tiempo se fue diluyendo hasta concluir en un flojísimo empate.

El penal cambió las cosas. En el inicio del segundo tiempo, Talleres insinuó una propuesta más ambiciosa, aunque Olimpo lo complicó con un remate de Blanco que rechazó Pozo y que Cabrera, tras el rebote, no logró capitalizar.

La polémica jugada del penal de Godoy sobre Carrario (foul inexistente, luego de un descuido albiazul), a los 9 minutos, cambió el trámite del partido. De repente Talleres se encontró en desventaja (gol de Blanco) y con un hombre menos (expulsión de Godoy). Aun con un jugador menos, la “T” emparejó las acciones y complicó a Olimpo, de la mano de Buffarini y Quiroga. Ahí apareció “el Anguila” Gutiérrez.

Obligado a buscar el empate, Talleres se repitió con tiros de media distancia. Y no le alcanzó.