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Talleres no hizo pie en su visita a Ben Hur y se trae una derrota desde Rafaela.

Fernando Laurenti / especial para LA MAÑANA desde Rafaela

Cayó a manos de Ben Hur, el colista de la temporada, por 2 a 0, sigue sin rumbo en la B Nacional y su situación preocupa.

No fue auspiciosa la incursión de Talleres aquí, porque cayó a manos del local Ben Hur 2 a 0 y el sueño de ser protagonistas se aleja cada vez más. Anoche dejó una pálida imagen ante el último de la tabla general, y sigue sin solucionar serios problemas defensivos que le dan más de un dolor de cabeza.

En los primeros minutos arrancó mejor Talleres, teniendo la posesión de la pelota, sin llegar a desequilibrar del todo, aunque le alcanzaba para ser superior al local. El sacrificio y la lucha que aportaba Emanuel Giménez en el medio, y los desbordes de Matías Quiroga, eran los principales argumentos de los albiazules.

Ben Hur apenas podía respirar, y no conseguía hacer pie. La proyección indicaba que Talleres no tardaría en abrir el marcador, pero sin embargo ocurrió lo opuesto. A los 26 minutos, mediante una pelota parada, los rafaelinos llegaron a la red en su primera jugada y comenzaron a torcer la historia: En vez de echar el centro, Cristian Vella jugó hacia el centro para que Sanabria pateara, y el defensor Barreño encontró la pelota perdida en el área tras una serie de rebotes para poner el 1 a 0. Y no le dio tiempo a reaccionar, ya que tres minutos después, una jugada construida de punta a punta por Giampietri, habilitó a Vella quien de primera envió la pelota al área para que Romay decretara el 2 a 0. A esta altura, Ben Hur manejaba los destinos del encuentro, sin hacer demasiado pero le alcanzó para marcar dos goles.

Talleres nunca se sobrepuso al shock. El entrenador Ricardo Gareca dispuso del ingreso de Lautaro Trullet por el lesionado Giménez, adelantando a Pablo Mannara como enganche, en función de buscar más presencia ofensiva. Pero los primeros 45 minutos pasaron dejando al descubierto la desesperación del albiazul.

En el complemento los de barrio Jardín salieron decididos a cambiar el rumbo, y de la mano del juvenil Javier Pastore hubo más claridad, aunque la definición y la contundencia fueron materias pendiente en la noche de Rafaela para el «Matador». Las oportunidades para descontar se fueron sucediendo, y la falta de efectividad fue evidente y no tuvo receta.

Talleres arrancó el 2007 sin el rumbo esperado. Cayó sin atenuantes, sin excusas ante uno de los colistas y mostró dos caras muy diferentes, una medianamente positiva cuando ataca, y otra inversamente proporcional cuando defiende. Ese fue su peor error.