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Los jugadores abandonando el campo al final del primer tiempo.

Hugo García / [email protected]

Talleres volvió a mostrar una pálida imagen en Rafaela. Con muy poquito, Ben Hur le ganó por 2-0.

Jugando así, sin marcar diferencias y sin mostrar una superioridad futbolística sobre sus rivales, le va a costar bastante a este Talleres de Ricardo Gareca conseguir su primera victoria.

La semana pasada le sucedió ante Defensa y Justicia, con el que no perdió de casualidad, y ayer le pasó lo mismo ante Ben Hur, que con apenas un par de destellos de Giampietri y una ráfaga de goles tempraneros le hizo morder el polvo de la derrota. Los rafaelinos le ganaron 2-0, y estuvo bien. La "T" nunca le encontró la vuelta al partido y, para colmo, falló demasiado cuando piso el área del local.

Hoy una promesa... En el inicio, el partido pareció sonreírle a Talleres. A los tres minutos, un pase bárbaro de Giménez dejó a Píriz Alvez en posición inmejorable ante Bertoya, pero el tiro del uruguayo fue muy anunciado y permitió la reacción del arquero. Ahí nomás, Ceballos, como hacía mucho no sucedía, quedó mano a mano con el "1" contrario, pero se demoró y tampoco pudo concretar.

Resultó apenas una ilusión. Aquello duró hasta que Ben Hur lo encontró a Giampietri, que había arrancado abúlico e improductivo. Pero bastó que "el Máquina" encontrara su lugar a espaldas de Giménez, y un buen socio en Zanabria, para que empezara a hacer la diferencia y cambiar la historia, que se hizo feliz para Ben Hur y triste para Talleres.

A los 25 minutos, Vella se mandó por la derecha y jugó atrás para el solitario Zanabria. El remate de éste fue tapado por Godoy en la línea, pero Barreña capturó el rebote y marcó el 1-0.

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El arquero Bertoya no dejó pasar una.

Dos minutos después, Giampietri le ganó las espaldas a Giménez y abrió a la derecha para Vella. El centro del volante encontró a Romay solo ante Pozo, para empujar la pelota a la red y poner el 2-0.

La diferencia reflejó la practicidad de Ben Hur y también una distancia futbolística que Talleres no alcanzó a equiparar con la presencia de Pereyra en la función de armador, ya que el santiagueño muchas veces arrancaba jugando desde muy atrás, casi como si fuera un "triple cinco".

Después del segundo gol rafaelino, Gareca sacó a Giménez y rearmó la defensa sumando a Trullet. Para tratar de achicarles los espacios a Godoy, Espínola y Malagueño, y buscar una mejor salida por la derecha.

Recién ahí Pereyra empezó a jugar realmente de enganche, del modo en que mejor puede aprovecharlo la "T". A pocos minutos del final, Ceballos quedó otra vez en posición favorable para anotar, pero volvió a fallar. No era la noche del "9". Y tampoco sería la noche de Talleres.

Éramos pocos y llegó Bertoya.
Los albiazules recién lograron equilibrar las acciones a los 22 minutos del complemento, cuando Gareca mandó a la cancha al pibe Pastore, y Pereyra tuvo un socio para crear. La visita mereció el descuento, pero no tuvo efectividad. No acertó Ceballos, tampoco Piriz. Para colmo, el arquero Bertoya estuvo impasable y el palo también hizo lo suyo, cuando le ahogó el grito de gol al morocho de Artigas.

Ben Hur se dedicó a cuidar la diferencia e hizo su negocio. Las ráfagas de Giampietri le alcanzaron para ganarle a Talleres y mandar a Instituto a la zona de promoción que ayer abandonó.