Hugo García / [email protected]

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El volante fue presentado como nuevo refuerzo y ya está en San Miguel. Arregló por seis meses.

Fueron pocos días, pero se hicieron interminables. Desde que, el jueves pasado, el gerenciador Carlos Granero hiciera el anuncio hasta que Diego Garay pisó el hotel King David para ser presentado como el segundo refuerzo albiazul, pasaron 96 horas llenas de ansiedad.

Fue la sensación lógica que produce alimentar el sueño del regreso de un ídolo en este mundo albiazul y que no se concrete en el acto.

Sin embargo, la presencia en el hotel del jugador de nombre maradoniana terminó con cualquier especulación. "Es un orgullo poder presentarlo y sé que resignó cosas para venir. Por eso te dejo en compañía de la prensa que te trata mejor que a mí", fue el irónico prólogo del gerenciador.

Luego, Garay , recién llegado desde su San Francisco natal, dijo las palabras mágicas.

"Soy jugador de Talleres. Sé que me van a pedir más. Pero no soy el salvador. Talleres depende del grupo. Vengo a aportar mi granito de arena. Entre este Garay y el que se fue hay algunos años", dijo el volante en referencia a la edad (23 años) con la que consiguió el ascenso de 1998, esa marca con la que lo registró el hincha, la misma aspiración para la que se lo convocó, al igual que Ricardo Gareca.

"El técnico es una de las razones por las que volví. Sé que hay que ser protagonista. Se trata de un público exigente al que hay que conformarlo con triunfos y buen juego", agregó Garay.

El volante fue presentado anoche y luego se dirigió a San Miguel, donde Talleres cumplió ayer su primer día de pretemporada.

Garay cumplirá hoy su primer doble turno con el plantel. "Estoy bien físicamente. Estuve entrenando con Sportivo Belgrano. Mi último partido fue el 7 de diciembre jugando para el León ante Puebla", dijo el jugador del Atlante de México, quien aceptó regresar al club descartando ofertas de San Lorenzo y de Chile.

"Mi familia y yo somos hinchas de Talleres. Además, ya querían que volviera. Y si resigno cosas, estoy seguro que las voy a ganar por otro lado. Acá me siento querido, cómodo y cerca de mis seres queridos", razonó el "10".

Para Granero, la vuelta de Garay significa el segundo golpe de efecto (el primero fue el DT), en el intento por mejorar la imagen de un gerenciamiento cuestionado por los resultados deportivos y a nivel judicial.

El último toque. Para que se produjera la presentación de ayer, fue necesario que el gerenciador y Luis Grillo, representante del futbolista, afinaran el lápiz, en una reunión que se produjo ayer a la siesta. Los números estaban acordados, pero faltaban definir los avales y la extensión del vínculo (ver "Si hay..."). Atlante de México, el dueño de su pase y el club al que regresó tras su paso por el León, le dio a Garay la chance de negociar su ficha. Pero además, el jugador había descartado volver porque le querían reducir sus ingresos.