Los goles de “Rafa” Pérez y Juan Cruz Komar resolvieron un partido que venía complicado y con Guido Herrera de figura...

Talleres volvió este sábado a ser, en Mendoza, ese equipo aprovechador de momentos que deslumbró a propios y extraños en buena parte del presente Torneo de la Liga Profesional y que lo llevó a la punta durante algunas fechas. Le ganó a Godoy Cruz 2 a 0 en el Malvinas Argentinas de Mendoza sin brillar y después de un primer tiempo flojo, pero en el complemento sacó a relucir su efectividad en pasaje clave del partido y terminó imponiendo condiciones por una vía que entrena mucho y no siempre puede exhibir en los partidos: la pelota parada.

En el período inicial la “T” estuvo en partido en los primeros 20 minutos, cuando aprovechó que el equipo de Diego Flores, con seis cambios, no hacía pie y le costaba encontrar la pelota. Fue el lapso en que la tuvo más y mejor y creó dos situaciones claras de gol, que no pudo concretar. La primera con un remate arriba de Rafael Pérez que salvó Espínola, a los 3 minutos, y la otra, tras una diagonal de Martino que el rafaelino definió mal y por arriba del travesaño, dos minutos después.

Pero lo que vino después pasó a ser prácticamente un soliloquio del elenco mendocino. Talleres perdió el balón, las marcas, el control de los espacios y tuvo algunas malas coberturas defensivas que Godoy Cruz aprovechó. Y fue Guido Herrera, con dos tapadas excepcionales en sendos mano a mano con Badaloni y Bullaude, a los 25 y 29 minutos, respectivamente, el artífice de que la “T” no se terminara yendo al descanso en desventaja.

La película El Talleres que ganaba 3 a 0 contra Lanús y al que por errores de coberturas, relevos y marcas le terminaron empatando 3 a 3 un partido increíble, comenzaba a proyectarse, pero con la buena fortuna de que no le convirtieron y pudo irse al entretiempo con el marcador virgen y con suficiente tiempo para que “el Cacique” Medina repensara todas esas imágenes que le fue devolviendo la pantalla de la notebook que manejaba su ayudante, Jadson Viera.

Ya había actuado rápidamente antes del cierre del primer tiempo cuando acertadamente dispuso el ingreso y debut de Federico Torres por Juián Malatini, quien fue amonestado rápidamente y corría riesgo de ser expulsado, de tanto verle las espaldas a Ramírez cada vez que lo encaraba.

Estaba visto que sin Auzqui y con Valoyes a media máquina desde el corte que sufrió en un pómulo al chocar su cabeza con la de Breintenbruch a segundos de iniciado el juego, la “T” debía recurrir a algún otro recurso para ganar el partido en el complemento. Y ese fue la pelota parada. En once minutos, a partir de dos córners que forzó, marcó dos goles calcados con definidores distintos. Primero, a los 14m, con el “tacazo” que Rafa Pérez le puso al envío de Fertoli y 11 minutos después, por el frentazo de Komar al centro de Mac Allister.

Por una vía que no frecuenta tanto en los partidos pero que entrena mucho entre semana, el equipo del “Cacique” Medina aprovechó al máximo los pocos momentos buenos que le había ofrecido el juego y sacó una distancia que Godoy Cruz no pudo descontar. Y después, por vía de Juan Cruz Esquivel, estuvo más cerca de marcar el tercero que “el Tomba” de descontar.

Recursos que todo buén equipo tiene que disponer cuando las cosas no salen o vienen mal aspectadas. Y Talleres volvió a demostrar que los tiene. Son instrumentos con los que hoy sumó tres puntos importantísimos para afianzarse en el tercer puesto de la tabla acumulada que le da el pase a la Copa Libertadores 2022 y reducir a cuatro puntos la distancia con el puntero River en la tabla de posiciones de la LPF.

Y para el cierre, hay que destacar que el entrenador albiazul no especuló y puso lo mejor que tenía disponible, aún sabiendo de antemano que la semifinal de la Copa Argentina, contra su rival de hoy, no se jugaría el próximo viernes. Todo lo contrario a lo que dispuso Diego Flores, quien preservó más de medio equipo para un partido que, seguramente, no se terminará jugando y se postergará.