El delantero es uno de los refuerzos del Matador y se sumó de gran manera. Goles, asistencias y variantes para el ataque albiazul.

Desde que llegó a Talleres, casi a fines de julio pasado, Héctor Fértoli se ha revelado como un jugador versátil, que puede ocupar varios puestos de tres cuartos de cancha hacia adelante y aportarle soluciones distintas soluciones en ataque al DT Alexander Medina.

A tal punto que, con sólo cinco presencias en el equipo, y de acuerdo a las circunstancias de los partidos, jugó de extremo, de enlace y hasta quedó de frente al arco como un referente de área.

El gol que le convirtió a San Lorenzo, dos precisas asistencias, una predisposición permanente para pedirla y el hacerse dueño de las pelotas paradas le hicieron ganar un lugar entre los titulares del equipo y terminó por darle la razón al “Cacique” Medina, quien insistió reiteradamente por su contratación.

“Soy un delantero que puede jugar por la banda, de segunda punta y tirar diagonales”, se autodefinió “el Rayo”, oriundo de El Trébol (Santa Fe) en una entrevista con Mundo D en la que también rescató la importancia que tuvo “el Cacique” Medina para su llegada a la “T”.

-¿Imaginabas un arranque tan positivo del equipo y en lo personal?

-Uno siempre es optimista y espera lo mejor cuando llega a un club, pero la verdad me encontré con algo muy lindo, un grupo muy unido, convencido de la idea del cuerpo técnico y que labura muchísimo. Gracias a Dios, desde que llegué las cosas se fueron dando a nuestro favor y hemos conseguido buenos resultados, que nos llevan a este hermoso presente, en la punta del torneo,

-¿Antes de llegar al club hablaste con “el Cacique” Medina, con Andrés Fassi o con los dos?

-Hablé con “el Cacique”. Varias veces estuvimos en contacto mientras duró la negociación, en unas dos o tres semanas. Se hizo largo. Pero, como dije, Talleres fue la prioridad siempre, por el respaldo que me dio Alexander, llamándome siempre. Había otros clubes interesados, pero en los otros nunca me llamó el entrenador. Por eso lo puse como prioridad.

-De todo lo que te dijo respecto de Talleres, ¿en qué porcentaje tuvo razón?

-A ver... él tenía ganas de que yo llegue por lo que entiende puedo darle al equipo y sabía perfectamente cómo ayudarme para que yo encuentre mi mejor versión. Me dijo que me iba a encontrar con un buen grupo, comprometido y que trabaja mucho. Todo se cumplió. No me chamuyó en nada (risas). Estoy muy contento, sobre todo por el equipo, por todo lo que se vive en el día a día. La verdad da gusto estar en Talleres.

-¿Cuándo hablaban te decía en qué puesto te quería específicamente? Vos sos un jugador versátil que puede jugar de extremo, de volante, de enganche...

-En ese sentido no fue específico. Me dijo que me necesitaba porque le podía brindar mucha variedad en el ataque, que me podía adaptar para jugar como segunda punta o por los dos extremos. Yo creo que desde el minuto uno vio eso en mí y creo que es lo que se está viendo en la cancha. Fue claro conmigo en eso. Es un poco el ADN del equipo, porque “el Perro” (Auzqui) muchas veces se tira atrás para hacerse de la pelota y, otras, intercambiamos las puntas. Hay mucha flexibilidad en ataque.

-Nada mejor para vos que recibir de frente al arco para definir, ¿no?

-Sí, para mí es lo principal. El delantero siempre quiere quedar en esa posición. Y eso me lo permite la forma de jugar de este equipo. Yo me considero un delantero, que puede jugar por la banda y tirar diagonales. En realidad yo siempre jugué por afuera, aunque de chico prefería jugar de segunda punta, un poco más libre. Cuando llegué a Newell’s, con “el Tata” Martino. Jugábamos con un 4-3-3 y había como una bajada de línea para inferiores y reserva, para que jugáramos con extremos. En esa etapa aprendí a jugar en ese puesto.

-¿Medina te habló de ganar un título?

-Sí, me dijo que era el objetivo número uno del equipo y del cuerpo técnico. Es algo que se respira acá. Se quiere conseguir cosas importantes y estamos bien encaminados.

-Hacía 17 años que talleres no estaba primero. ¿Cómo vivís esta circunstancia? ¿Es un incentivo o una presión para vos?

-Es una gran responsabilidad, porque todos los partidos van a ser finales para mantenernos arriba. Eso nos motiva y lo estamos sabiendo valorar. El nivel de concentración y compromiso que tiene el equipo en el campo demuestra eso. Queremos conservar el lugar en el que estamos ahora, pero siempre partido a partido.

-¿Quién te apodó “Rayo”?

-Es de chico, de cuando apenas llegué a Newell’s. Tenía 18 años. “¿Quién sos vos? ¿El Rayo McQueen?”, me dijo un compañero, Carlos Enrique, un día que estábamos haciendo un ‘loco’ y quedé en el medio. Y de ahí me quedó el apodo.

-¿Y quién te inculcó ser futbolista?

-Mi Viejo, Héctor Hugo. Lamentablemente falleció en 2011. Desde que tengo uso de razón, mi vida está al lado de una pelota.

-¿Qué tal te recibió Córdoba?

-Recién ahora estoy pudiendo disfrutar un poco lo que es la ciudad, porque desde que llegué tuvimos muchos partidos seguidos. La ciudad me encanta y la gente de Talleres me ha recibido bárbaro, gracias a Dios.