La "T" pudo ganar hasta con algunos lujos. Los que se aplican como recursos. Como hizo Nahuel Bustos.

Nahuel Bustos recibe de espaldas, contra la banda y con Alejandro Salcedo comiéndole los talones. La bajó con derecha, giró el cuerpo hacia el centro de la cancha y la siguió llevando por el aire. Uno, dos, tres toques con el mismo botín.

Cuando la pelota llegó al suelo, sorprendió con un toque de zurda para la entrada al área de Franco Fragapane, quien no pudo llegar a conectar de lleno. 

En el peor momento, cuando Talleres perdía 0-1, Bustos convertía una pelota casi perdida en una acción seria y profunda. Desenfundó un lujo y lo convirtió en recurso.

Luego, con el partido 2-1, el goleador de Talleres, después de haber hecho jugar a todos, desparramó al arquero Pellegrino y aseguró el partido.

La acción fue tan lujosa como efectiva. ¿Lo quiso humillar al arquero? No. ¿Pretendió gozarlo? Nada que ver. Simplemente eligió dos toques para dejar fuera de acción a quien había sido figura de Huracán, sobre todo en los mano a mano. Recibió de Parede, dominó con derecha, “el 1” quedó en el camino y definió con zurda. Se tomó los tiempos que necesitaba para esa acción.

Ya supo definir de primera y apurado pero, ahora, Nahuel elige lo que la jugada necesita. Inclusive, hasta un lujo.

Ese es el único lujo que puede darse Talleres. De ese tipo. Es más; podrían considerarse así a las asistencias del brasileño, el toque a la red de Dayro Moreno y hasta el disparo colocado del Franco Fragapane.

El goce por el goce, el relaje, el gaste o tratar de humillar al rival con toquecitos intrascendentes cuando el partido está definido y para la tribuna no le sirven a nadie. Ni al propio Moreno, ni a Parede, ni a Valoyes. A ellos, como a Talleres, no les sobra nada. Por el contrario, el primer equipo acaba de despertar de un letargo para asomarse a las posibilidades de volver a ser internacional el año que viene.

El enojo de Alexander Medina, quien directamente dispuso la salida de Valoyes, y de Mauricio Caranta, por caso, es entendible. Inclusive, este tipo de acciones abre un debate que Talleres no necesita.

En el vestuario y fuera de él. Siendo que Talleres viene de concretar un triunfo referencial en esta temporada porque le tocó superar dos de sus peores y recurrentes adversidades (arrancar perdiendo desde el vestuario por un error propio y permitir el 2-3 por una falta evitable de Cubas, reconocida por el propio jugador).

Tuvo paciencia en muchos de sus jugadores para mantener un plan de juego, aún con la adversidad de no poder salir jugando desde el área. Y pudo ganar hasta con algunos lujos. Los que se aplican como recurso. Como hizo Nahuel Bustos.