En una noche extraña y de suerte esquiva para el local, el equipo de Kudelka mereció más frente a Independiente. La “T” debió soportar una derrota que molesta.

Hay noches en las que todo conspira en tu contra. En las que los que nunca fallan se equivocan. En las que el árbitro siempre señala para el lado contrario. Y en las que te toca ir a buscar la pelota adentro del arco propio, masticando bronca. Lo pueden contar Talleres y sus hinchas, que fueron en gran número a buscar otro tipo de velada contra Independiente.

Una de esas que los tiene acostumbrado a dar el equipo que conduce Frank Kudelka. Esas en las que se van con las manos coloradas de tanto aplaudir y casi sin garganta de tanto gritar goles.

Pero, se escribió más arriba, hay noches en las que todo parece destinado a salir mal.

Lo puede contar el tucumano Sebastián Palacios, una de las figuras y goleadores del Matador en el campeonato. Una de las grandes noticias esta temporada para el Albiazul. Pero fue justamente él, ironía de la noche, quien al minuto 26 del primer tiempo avisó de que venía la noche.

En un contragolpe de los tantos que intentó Independiente durante los 90 minutos (ese fue su plan y lo que ideó el técnico Ariel Holan), Palacios decidió dar una mano a sus compañeros que corrían a más no poder para cuidar su valla. Pero el tucumano se encontró con la pelota de frente a Guido Herrera, y un desvío suyo dejó mal parado a su propio arquero. Nada pudo hacer Herrera en su intento desesperado por sacar a la redonda, que entró despacito.

El propio Herrera sería protagonista de la otra jugada clave de la noche. Justamente él, ese arquero que ha sorprendido a propios y extraños con un nivel enorme, salvando a Talleres en más de una ocasión.

Pero esta vez fue Guido el que, a los 6 minutos del segundo tiempo, terminó por dilapidar la espe­ranza que quedaba de una remontada.

El “22” dio un rebote impropio de él y Gigliotti, viejo bicho de las áreas, no perdonó. Fue el 2-0 para el equipo de Avellaneda que se llevaba todo siguiendo al pie de la letra su guion.

Kudelka movió el banco y la gente alentó y aplaudió al equipo en busca de revertir una situación y un escenario demasiado incómodo.

Pero no habría caso, por más que lo buscara el Matador, con Rescaldani, Muñoz Rojas o quien sea. El arquero Campaña se encargó de evitar cualquier aproximación o intento sobre su valla.

Talleres mereció más en un primer tiempo que se quebró con ese gol en contra, y en el complemento el gol tempranero de Gigliotti lo terminó de confundir.

Hay noches en las que todo sale al revés de lo planeado y la suerte (como en la jugada de Palacios) elige al equipo contrario. Talleres deberá reponerse rápido y levantar cabeza, porque tiene material para volver a las noches felices. Esas que sus hinchas conocen bien y que se volvieron una marca registrada de este equipo de Kudelka.

Síntesis con calificaciones:

Talleres: Guido Herrera (4); Leonardo Godoy (5), Javier Gandolfi (6), Juan Cruz Komar (6), Ian Escobar (5); Pablo Guiñazú (c) (6), Leonardo Gil (5), E. Reynoso (5); S. Palacios (4), Victorio Ramis (5), J. Menéndez (5). DT: F. D. Kudelka.

Independiente: Martín Campaña (6); Fabricio Bustos (6), Nicolás Figal (7), N. Tagliafico (c) (6), J. Sánchez Miño (5); Nery Domínguez (6), Diego Rodríguez (5), Martín Benítez (6), Emiliano Rigoni (6); Ezequiel Barco (7), E. Gigliotti (7). DT: Ariel Holan.

Goles: PT, 26m Palacios (T), en contra. ST, 6m Gigliotti (I).

Cambios: ST, 13m Ezequiel Rescaldani (5) por Menéndez (T), 24m Guillermo Cotugno por Escobar (T), 30m Carlos Muñoz por Palacios (T), 40m Gastón Togni por Barco (I), 43m Maximiliano Meza por Benítez (I) y 45m Lucas Albertengo por Rigoni (I).

Estadio: Mario Alberto Kempes.

Espectadores: 40 mil.

Campo de juego: malo.

Árbitro: Ariel Penel (mal).

Suplentes: en Talleres, Ignacio Chicco, Carlos Quintana, Fernando Godoy y Nicolás Giménez; en Independiente, Gonzalo Rehak, Ariel Breitenbruch, Damián Martínez y Domingo Blanco.