El piso del campo de juego no influyó en la ilusión de Talleres de ascender a la B Nacional: venció en Río Negro a Deportivo Roca por 2 a 0 y sigue en lo alto. Olivera y Barrionuevo los goleadores del partido. Otra muestra de practicidad.

General Roca - Río Negro – Especial.- Es cierto nomás: El césped sintético forma parte de un mito. De eso dio muestras Talleres, a pesar de que puede tener algunas complicaciones en el pique del balón, no inciden en la idea de juego ni en la actitud. El albiazul no quiere soltar la punta: reconfirma que de visitante es realmente imbatible y se trajo los tres puntos de la Patagonia Argentina, gracias al categórico triunfo 2-0 ante Deportivo Roca, que le sirve para tener la ilusión en alza.

Los de barrio Jardín le perdieron el respeto al local y a su piso sintético. De arranque ya avisaba que la convicción iba a ser más importante que todo: que el viento de la estepa, que la cancha sin hierba, que un rival que le juega a todos como si fuera una final… Sin embargo, quien mejor entendió que se trataba de una final fue Talleres. Fiel a las estadísticas, ratifica que de visitante es donde mejor se siente. Porque aprendió a no desesperarse cuando la pelota no entraba, y sacó réditos en el complemento. Primero para romper la paridad con el tanto de Wilfredo Olivera (tremenda cesión de Juan Pablo Francia desde el córner) y después con una gran definición de Ezequiel Barrionuevo, quien volvió a dar la cara cuando más se lo necesita.

Sin embargo, la victoria descansa también en Aldo Araujo, ya con la inteligencia para evitar golpearse de manera innecesaria y se anima a tocar antes de que la marca lo castigue, como hizo en el segundo gol; y en el mismo Francia, con el criterio que lo caracteriza. Le trasladó la desesperación al rival y terminó celebrando.

Talleres luce compacto. Acompaña a Juventud Unida de San Luis en lo más alto de Tetradecagonal y no pierde terreno, a pesar de que no tuvo el mejor de los arranques cediendo puntos en casa. Esa es quizás la asignatura pendiente: dejar de resignar unidades de local. A pesar de que al albiazul no lo caracteriza la mejor idea de juego, por momentos el pragmatismo le sirve para paliar ese déficit, como lo hizo ayer en la Patagonia. Sus individualidades en algún momento del partido van a aparecer. Y con esa premisa, y con solidaridad, consolida su chapa de candidato. Y se revitaliza fecha a fecha.

La figura
Araujo y Barrionuevo. El correntino está entendiendo cómo debe jugar de manera inteligente para aprovechar su velocidad. Asistió al “Indio”, que volvió a dar la cara en el momento que más se lo necesitaba

La clave
La intención de Talleres de jugar con mentalidad ganadora le sirvió para sacar provecho de una pelota parada. Pero siempre fue protagonista. La cabeza, fundamental.

El árbitro
Alejandro Arco (bien). Dirigió desde lejos, sin comprometerse y quizás se guardó alguna otra amonestación.

“Neutrales” sí, “Neutrales“ no

A pesar de que el Consejo Federal había dictaminado que el duelo en Río Negro se debería disputar solo con público local, existieron algunos valientes hinchas de Talleres que se animaron a violar la prohibición, viajando los mil kilómetros que separan esa ciudad de Córdoba. Casi 250 hinchas albiazules estuvieron presentes en una tribuna del estadio, algunos con camisetas identificatorias con Talleres, y eso que compraron entradas como hinchas “Neutrales”.