Lautaro, el sobrino de Paulo. Mientras su tío sigue creciendo en Italia, ahora con la camiseta de la Juventus, el pibe acrecienta sus sueños de llegar a primera, en las inferiores del Club Atlético Talleres.

Cuando se junta con los pibes a jugar a la PlayStation nadie le saca al Palermo. Ahora se viene la Juve. Juega con Dybala arriba. Con Paulo que gambetea, tira un tranco largo y con desparpajo la mete al segundo palo. El que juega con Dybala, como jugador de Play, es Lauti.

Lautaro también es Dybala. “Es un poco loco”, admite a Día a Día. Lauti es el sobrino del ex jugador de Instituto, Palermo y actualmente en Juventus de Italia. Lautaro se desvive por contar cosas de su visita a Europa. De verlo a su tío Paulo entre la gente, posando para las fotos. Pero, este chico de 16 años, que viene creciendo, también tiene su misma pasión: ser jugador de fútbol. “Es la primera entrevista que me hacen”, dice Lautaro con nerviosismo.

Lautaro Dybala, sobrino del ex jugador de Instituto y ahoras en la Juventus, tiene 16 años, es zurdo y volante ofensivo en Talleres. El pibe de Laguna Larga es clase 1999. en las inferiores albiazules juega en la 7ª de afa y en la 5ª local del Matador.

Pero más allá de ser el sobrino de Paulo, la noticia es que además juega en Talleres, en inferiores. Cosas del destino, de la vida, del fútbol, el chico sueña con un futuro en el fútbol. Lautaro Dybala es volante por izquierda, ofensivo. Es clase 1999, tiene 16 años y alterna entre las divisiones Quinta local y Séptima de AFA de la T.

“Estoy contento, me encanta jugar al fútbol. Siempre hablo con mi tío, que me aconseja con mi viejo. Uno trata de sacar provecho de lo que recibe como enseñanza”, hilvana en sus frases Lautaro.

El chico también es de Laguna Larga. Su historia comenzó en Newell’s, luego se alimentó en las inferiores de Instituto y alguien le dijo que “no iba a continuar allí”. Entonces, se volvió al viejo Newell’s de Laguna, hasta que un día una prueba en Talleres lo devolvió a un club capitalino.

“La verdad que me siento muy bien, me quieren mucho, yo la verdad que la estoy pasando muy bien, estoy disfrutando mucho de jugar en Talleres”, agrega el chico.

Tímido, de voz temblorosa, Lauti al menos se prende a dar detalles, descripciones, algo de lo que le ha tocado vivir en su desarrollo adolescente. Y no tiene reparos: su tío es el ídolo, el referente.

No deja de asombrarse de lo que ha vivido Paulo en Italia, después de su explosión con la camiseta de Instituto y su pase al fútbol europeo. “Me tocó el año pasado ir a Palermo en el verano. Fue cuando él estaba en un nivel altísimo. Estuve un mes, jugó tres partidos y en los tres hizo goles”, dice aún con asombro. Pero el sobrino del jugador la Juve tira alguna anécdota más: “En Palermo son muy hinchas y lo tienen como un ídolo, íbamos a comer y le sacaban fotos, los hinchas no lo dejaban probar un bocado. Era una locura”.

“Mi tío es un grande, es mi ídolo y desearía seguirle los pasos. Voy a hacer todo lo posible. Estoy muy feliz por lo que le está pasando”, cuenta el chico.

El salto de Dybala en Italia fue enorme. Y en Laguna Larga lo vivieron a su manera: “Estábamos viendo tele y apareció la noticia de que mi tío se iba a la Juventus. Nos miramos todos y empezamos a buscar en internet. No lo podíamos creer y menos ahora que ya lo vemos jugar con esa camiseta”.

Lautaro Dybala se construye como jugador, con el sueño de poder alcanzar el profesionalismo, la chance de ser una figura del deporte. Y para eso labura, con el apoyo de su papá Gustavo, de sus tíos y de su abuela. “Mi tío es un ejemplo, por cómo la peleó y quiero seguir sus pasos”, finalizó.

"Me veo como un jugador de Talleres"

¿Cómo llegó Lautaro Dybala a Talleres? El propio pibe se lo contó a Día a Día. “Yo jugaba en Ñuls de Laguna Larga, en mi pueblo, y lo tenía de técnico a Mario Albarracín, amigo de Pato Gibelli. Y cuando empecé a entrenar en la primera me fui a una prueba en Córdoba, en Talleres”, dice Lautaro.

Gibelli, en ese entonces, era uno de los entrenadores en las inferiores de la T, antes de la llegada de Carlos Ranalli como coordinador. “Mi viejo me avisó un día que nos íbamos a una prueba a Córdoba. Ese día fui y practiqué y Pato Gibelli me dijo que le gustaría que me sumara. Fue en julio del año pasado. Y quedé ese día. y de ahí sigo jugando en la T. Me encanta el club, cómo me tratan, me siento muy a gusto”, completa.

Lautaro tiene de entrenador a Carlos Desio en las inferiores de AFA de la T y proyecta: “Me veo como un jugador de Talleres en el futuro, es impresionante lo que junta y mueve Talleres. Siempre nos inculcan los profes buenos consejos”.

"Instituto me dejó libre"

Desde muy chiquito comenzó a despuntar el vicio de la pelota. Y, como su tío Paulo, por sus condiciones, fichó en Instituto. Lautaro Dybala, comenzó con su historia en las inferiores del club de Alta Córdoba, pero con lo traumática que fue la transferencia de Paulo al Palermo, terminó recibiendo quizás alguna “esquirla” de todas esas idas y vueltas.

“Cuando tenía 10 años fui a Instituto. Fui a una prueba y quedé y empecé ahí. Después, me dejaron libre. Habían cambiado de coordinador y me dijeron que no seguía, cuenta Lautaro a Día a Día.

“Mi abuelo lo llevaba todos los días a Instituto a mi tío y cuando murió, íbamos nosotros con mi viejo a acompañar a Paulo”, recordó el chico, aún con la evocación vivaz en torno a su abuelo.

Los recuerdos se le mezclan a Lautaro, pero habla sin rencor. Hasta casi con la “alegría” de haber vuelto al pago. “Entonces me volví a Laguna Larga. Y volví a jugar en Ñuls hasta que me fui a Talleres. Yo sigo viviendo en el pueblo, con la familia, cerca de mi abuela”, recalca. Igual, Lautaro no se aparta del movimiento familiar que le ocasionó la exposición y el crecimiento de su tío Paulo. “Mariano (el otro tío) y mi abuela están allá en Italia acompañando a Paulo. Y mi viejo va y viene. Por la familia siempre regresa para acá, sino él se quedaría allá a acompañarlos”, agrega.

Dybalita está en ciernes de una carrera que, a la edad de 16 años, está en ese clic camino al profesionalismo. Es justo una edad clave para comenzar a asimilar cosas nuevas que lo potencien y que le permitan, en el futuro, dar un salto de calidad para pensar en la llegada a la primera local o a la 4ª división de AFA.

“Cuando llegué, hasta el día de hoy aprendí muchísimo, nos enseñaron muchas cosas. Soy de fijarme, de machacarme la cabeza de qué tengo que hacer. Me pongo loco cuando algunas cosas no me salen. Mi tío también me dice cosas para ir mejorando. Y yo tengo que meterle, sino se hace difícil”, completa. A la vuelta de la vida, otro Dybala construye una nueva historia. En fútbol nada está dicho. Las comparaciones no corren en la mayoría de los casos.

Lautaro, zurdo como su tío Paulo, al menos es volante, de esos a los que les gusta tirar pases a los delanteros, para que corran. Quién sabe si algún día el propio Lautaro habilite a Paulo para que la empuje al gol.