Clave. Gabriel Carabajal, volante de Talleres, metió el primer gol en el 2-0 ante San Martín (T). Y contó que el DT Cacho Sialle los hizo reaccionar.

Elías Bazzi levanta la cabeza y se acomoda con el mejor perfil. Corren diez minutos del segundo tiempo y Talleres no puede. Ni con San Martín (T) ni consigo mismo. Hasta que Bazzi envía el centro y Gabriel Carabajal se suspende en el aire. Como si se agarrara. Y su cabezazo rompe los esquemas en otra noche que venía negra. Complicada.

Sí, Carabajal, el pibe de las inferiores fue protagonista en el triunfo 2-0 ante los tucumanos. Abrió el camino con su gol y se lo contó a Día a Día. “Fue mi primer gol de cabeza. Sirvió para abrir el partido y fue una gran felicidad”, contó el pibe que en el primer tiempo no había tenido un buen partido.

A la hora de recordar su gol (gran gesto técnico para ganar en el anticipo y cabecear de lleno) Carabajal acude al recuerdo. Porque en ese momento ni pensó. “En el instante no te das cuenta lo que hacés. Pero quería ponerla en el primer palo, el centro venía desde la derecha y entendí que el arquero, por lógica, iba hacer unos pasitos hacia su izquierda y le iba a costar volver”, explicó Gabi. Y tenía razón: el arquero Santo Diego Pave voló pero ya era tarde.

Hubo reacción. Más allá de su gol, el volante (que ahora juega de media punta) explicó por qué Talleres mejoró su juego en el segundo tiempo. “Cacho Sialle (el DT) nos habló en el descanso. Él sabe, nos conoce y nos recalcó algunas errores. Nos dijo varias cosas en el entretiempo y nos sirvió. Cambiamos lo que veníamos haciendo”, dijo el futbolista nacido en Lozada, quien se explayó en el análisis y agregó: “Nos ayudó que San Martín viniera a buscarnos en el segundo tiempo. Dejaron espacios atrás y pudimos golpearlos. Lo importante es que siempre intentamos”, sostuvo. Al ser consultado sobre la ovación que recibió cuando fue reemplazado por Velasco a seis minutos del final, fue mesurado: “Motiva mucho el aliento, pero el reconocimiento fue para el grupo, cualquiera que salía iba a ser aplaudido porque dejamos todo”, concluyó Carabajal. El pibe que se agarró del aire para cabecear.