Ballestero admite que la obligación es de Talleres, pero igual cree que el rival no va a especular como en Córdoba. “Tenemos que ser inteligentes y no ponernos nerviosos porque nos puede jugar en contra”, explicó el ahora defensor.

Su nombre era ignoto en Córdoba cuando se lo anunció como refuerzo de Talleres, y ahora es titular, después de pasar muchas vicisitudes. Llegó del brazo del DT Arnaldo Sialle, que casi lo impuso. Así fue el andamiaje de Nicolás Ballestero en barrio Jardín: Jugó de volante central y de zaguero, alternando buenos y malos momentos. Ahora, con el torneo en plena definición, se ganó un lugar en la defensa, justo al lugar donde lo llamaron para reforzar. De todas maneras, Ballestero admite bajones en su producción aunque se tiene confianza para afrontar el futuro inmediato, donde solo el triunfo en Misiones le sirve al Albiazul para seguir ilusionados con el ascenso. “Creo que en los momentos límites es cuando más aparece la personalidad del equipo. Tenemos capacidad y material como para afrontar este tipo de desafíos. Además lo demostramos, como aquella vez en San Francisco. Ahora tampoco tenemos margen, vamos a ir a dejar todo porque sino, nos vamos a casa”, contó el ex zaguero de Cipolletti

- ¿Cómo te imaginás que será el duelo de revancha?
- Crucero del Norte es un gran equipo, los dos equipos nos conocemos mucho y nos respetamos. Ahora no podemos hacer eso, tenemos que ir a buscarlos. Quedan 90 minutos, nada está perdido, tenemos que ser inteligentes para que no nos pongamos nerviosos porque la desesperación te puede jugar en contra. Hay que sacar todo lo que tenemos

- ¿Fue un mal resultado en Córdoba?
- No, porque fuimos parejos los dos. Además todavía queda un partido, estamos a un gol. Sabíamos que si ganábamos en casa íbamos a tener cierta ventaja en Misiones, pero de todas maneras, en definitiva, a este partido que viene lo jugamos como una final, y un triunfo nos ayuda a pasar. Creo que no es alarmante pero sabemos que solo hay un resultado que nos sirve y lo vamos a ir a buscar.

- ¿Te sentís más cómodo de volante o de zaguero?
- Me es indistinto, yo vine para ser defensor, pero después de acuerdo a la necesidad, me ubicaron de volante. Ante Racing entrené en la semana previa de volante y me enteré muy cerca del inicio del juego que iba a ser zaguero. Uno siempre esta a disposición del entrenador, yo quiero dar una mano en el lugar que sea, quiero estar de cualquier manera.

- Tuviste buenos y malos momentos, pero se nota que tenés respaldo del DT...
- (Arnaldo) Sialle sabe que puede contar conmigo. Además, hay que ser realistas, Nery (Leyes) y Agustín (Díaz) estaban pasando por un gran momento. Volví por la lesión de Nery. Como no pregunto ni pido explicaciones cuando me sacan, tampoco lo hago cuando me toca entrar. Si no juego, trato de apoyar desde afuera, y si me toca ser titular, hago todo lo posible para aprovecharlo y demostrar que puedo estar.

- A todo o nada, parece el momento más complicado para Talleres...
- No lo veo tan así, estamos a solo un gol. Acá el rival nos respetó y nos quitó espacios, quizás equivocamos los caminos pero en su cancha, ahora Crucero tiene que salir un poco más. No me imagino a ellos con el mismo planteo que hicieron en Córdoba. La obligación es nuestra, a eso lo sabemos perfectamente.