Se impuso 1 a 0 ante Belgrano por la cuarta fecha del torneo Oficial de la Liga Cordobesa. Navalón hizo el único gol del partido.

Talleres pudo sacarle provecho a una pelota parada y con ello consiguió obtener sus primeros tres puntos en el torneo Oficial de la Liga Cordobesa, al ganarle en el clásico a Belgrano por la mínima diferencia, en el marco de la cuarta fecha de Primera División.

Ambos llegaban por distintos caminos al choque clásico. El albiazul, por un suelo lleno de espinas porque después de ganar el Preparación perdió los primeros tres partidos del presente certamen y se ubicaba en la última posición de la Zona 1, mientras que el Celeste atraviesa un camino con muchas más rosas ya que con dos victorias consecutivas se había acomodado como escolta a un punto de los líderes, Universitario y Huracán, en la Zona 2.

En ese contexto, el conjunto dirigido por Ángel Solazzo asumió el protagonismo en el juego desde el mismo comienzo del partido, aunque el árbitro Daniel Carranza ignoró un claro penal a José Zenón cuando se habían jugado 10 minutos de partido.

A partir de la capacidad técnica de Lisandro Pereyra; la picardía de Maximiliano Fernández para retrasarse unos metros y pivotear con algún compañero o llegar bien perfilado para terminar con precisión la jugada, y la potencia por la izquierda de Diego Palleres, Belgrano consiguió poner en aprietos a la última línea local y a poco estuvo de sacar ventaja sino fuera porque Emiliano Blanco la tiró afuera cuando estaba solo ante la presencia de Ángel Albornos.

Pero dos circunstancias del juego permitieron que Talleres pudiera equilibrar las acciones. Por un lado, la expulsión de Palleres en Belgrano a los 31 minutos del primer tiempo y por el otro, que Horacio Carabajal comenzara a tener un contacto más fluido con la pelota, y con ello el mejor acompañamiento de Federico Miño y Jeremías Pedernera.

Sobre los 23 minutos del segundo tiempo Horacio Carabajal se hizo cargo de un tiro libre sobre el sector izquierdo del ataque albiazul y al envío que cruzó toda el área lo capitalizó Nahuel Navalón, que no tuvo más que empujar la pelota para anotar el gol y meterse el clásico en el bolso.

Dueño del clásico.