¿La Justicia hizo justicia? ¿Para el proceso Talleres, la salida de Tale es positiva o un gol en contra? La dualidad de la situación se da en un marco de acusaciones, desvaríos, incidentes y todo lo que envuelve –lamentablemente desde hace un tiempo- a Talleres.

La sangre llegó al río. Y hasta podría decirse que Ateliers consiguió lo que Tale no pudo: deshacerse del otro.

El juez llegó hasta acá porque él mismo se lo buscó. Con hechos y actitudes que no se condicen con el manejo de un magistrado al frente de una de las grandes quiebras, Tale en alguna medida se cavó su propia fosa.

Es más, terminó solo. Hasta su abogado Fernández Alé entendió que lo del juez ya era indefendible, por “hache o por be”, era indefendible y se fue. Y Tale se quedó solo en la cruzada, más todavía cuando Fassi -su última esperanza- puso una cortina tras de sí para hacerse humo.

¿Pero es bueno que Tale no esté? Un nuevo juez deberá empezar de cero, empezar todo de nuevo, con el tiempo que eso conlleva. Por lo que se dice también habrá un nuevo fideicomiso, que no tendrá tiempo ni de empaparse. No obstante, puede que la quiebra reencauce el curso con un nuevo magistrado.

Mientras tanto, los acreedores siguen esperando que se les pague. Y lo más importante: Talleres sigue esperando que alguien se ponga los pantalones y deje de jugar con su nombre.