Partido suspendido. Barras de la “T” causaron disturbios en San Luis. Saporiti los atribuyó a la interna del club. Enviado especial.

Los trapos y las banderas colgados al revés en la tribuna que ocupaban los hinchas de Talleres graficaban perfectamente el momento futbolístico albiazul. El equipo había salido dormido a enfrentar a un Juventud Unida Universitario que ya conocía, que le dio un tiempo, mil licencias y que generó poco juego, pero que no lo perdonó cuando tuvo la chance de convertir. Por eso no extrañaba la derrota 2-1 de los dirigidos por Roberto Saporiti, que no llegó a consumarse por la suspensión del partido.

Pero los insultos y las butacas que arrojó por el aire una parte de los 1.800 hinchas albiazules, los gases lacrimógenos y todo lo que determinó la interrupción del juego, remitieron a una imagen confusa, propia del pasado, que vuelve con la fuerza de un boomerang. Con Saporiti tratando de calmar a la barra para, luego, decir que estaban pagados por la misma persona (a la que evitó nombrar) que le habría dicho a un referente del plantel que “parara al equipo”. Es más, el DT anunció que irá a ver al juez Carlos Tale, para que lo apoye en esta denuncia. Y que, en caso contrario, dejará el club.

El caos
En el segundo de los cinco minutos de descuento, desde el sector donde se había ubicado “la Fiel” comenzaron a volar las butacas naranjas hacia el campo. Luego, los barras intentaron forzar el alambrado olímpico. Ahí apareció en escena Saporiti, quien intentó hablar para calmar a los hinchas.

La Policía lo detuvo, al tiempo que el DT miraba a los simpatizantes y les decía: “Están pagos". Con las señas acompañaba sus dichos, mientras los agentes comenzaba a reprimir con gases lacrimógenos a los bravos y a evacuar al resto de los hinchas. La imagen del caos se apoderó del estadio Juan Gilberto Funes y las incógnitas se fueron a los vestuarios. ¿Qué diría Saporiti? “Una parte de la barra brava provocó estos incidentes con la intención de hacer suspender el juego. Era armado. Me voy a dirigir en la semana al juez. La sociedad cordobesa y el pueblo tallarín no debe callar, y así evitar que hundan a su Talleres”, dijo. Y agregó: “Tengo la información que una persona se apersonó a jugadores de Talleres. Un jugador fue a la reunión, pensando que era por un problema anterior. Contra su sorpresa y la de cuatro jugadores más, a los que se les llamó por teléfono, fue para parar el equipo”, denunció el técnico.

¿Se va “el Sapo”?
Al final, el DT de Talleres –la única voz que se escuchó en el camarín visitante– dejó abierta la posibilidad de irse del club y reclamó el apoyo de la Justicia.

“Tengo dos cosas para hacer. Irme o hacer esto. Una persona que estaba en un palco compró 200 entradas y se las dio a los hinchas. Hasta que entraron esas personas, las banderas estaban bien puestas. Luego, las dieron vuelta”, dijo.

“Si no me siento acompañado por la Justicia, ya no me queda más por hacer. Esta persona va a seguir porque busca destruir a Talleres. Fuera del Chateau, le va a hacer perder todos los partidos”, agregó.

–¿Esta persona pertenece a la gestión anterior?
–No hablo más de lo que dije.