Nada como otro clásico para sazonar aún más la salsa que untan tantos cordobeses. Picante como el del fin de semana pasado, Talleres-Instituto viene envuelto en mucha polémica e igual pasión.

Nada de lo primero debería descuidar la atención por la extensa serie invicta de Talleres ni por el atisbo de recuperación que tuvo Instituto ante Aldosivi.

Aunque viene muy hablado desde afuera, no debe perderse de vista que el verdadero condimento debe llegar desde los jugadores.

Y por eso hay que ser optimista; en este caso, aun sosteniendo su limitada participación en victorias y derrotas, el nivel de optimismo también llega de la mano del modo de pensar de los directores técnicos. Ghiso y Grondona no comen vidrio, pero naturalmente dejan ser, tienen abierta la jaula para que vuelen sus jugadores. Y si éstos son Wilchez, Zermattén, Salmerón, Morales Neumann, Lázaro y otros más, el dibujo de un buen partido ya deja ver sus buenas formas. Ojalá se concrete; el hincha estará sumamente agradecido.

"El horario oficial del partido es a las 16.30 porque para cambiar la hora y el día tiene que haber consentimiento de ambos clubes. En este caso, Instituto no estaba informado del cambio de hora", explicó Steimberg a este diario.

En tanto que Juan Carlos Barrera, presidente de la Gloria, se sorprendió con el horario de las 18 con que se programó en principio el clásico.

"¿Por qué cambiaron de horario sin nuestro consentimiento? Me dirigí a la oficina de torneos en AFA y planteé el reclamo", aseguró el directivo, y agregó: "Jamás nos preguntaron desde Talleres si queríamos cambiar de día y horario".

Otro tema de preocupación en Instituto es la ubicación que tendrán los directivos de la Gloria que irán a la Boutique. Les llegó la información de que irían a una platea, rodeados de hinchas de Talleres.