El gerenciador no le renovó el contrato a Maidana. El DT Grondona amagó con renunciar.

La siesta era soleada. Julián Maidana iba camino al hotel Sheraton al encuentro del gerenciador Carlos Ahumada. El capitán e ídolo albiazul iba chocho, aún feliz por el hecho de haber gravitado en la salvación de su Talleres. Pensaba en renovar su contrato para poder retirarse en el club de sus amores y, si era necesario, ceder en sus pretensiones económicas.

Subió a una suite, Ahumada le sonrió y le tiró la bomba. “Me dijo que no iba a pertenecer más al equipo. Todo duró 15 minutos. No lo esperaba. Me duele irme así”, dijo Maidana, apenas terminada la reunión.

–¿No te dio argumentos?
–No. Me dijo que no quería que estuviera en el plantel. No me dio alternativas. Hubiera jugado gratis.

–Grondona te quería, ¿charlaste hoy con el DT?
–Sí, y se sorprendió. En algún momento pensó en tomar una decisión, pero yo le dije que lo mejor que podía hacer era conducir a Talleres. Y lo hará. Veré qué rumbo sigo. Me quieren en All Boys y O´Higgins de Chile.

Maidana hablaba con el mismo desencanto que lo invadió aquella vez que Ahumada había querido rescindirle el contrato conjuntamente con Leandro Álvarez, por supuestos reclamos económicos, razón por la que fue marginado tras el partido con Godoy Cruz y por cuatro encuentros, hasta que el propio empresario le levantó el pulgar.

Ese indulto le permitió recuperar todos los honores en el cierre de la temporada. Volvió a ser titular con Tiro Federal, fue capitán, líder y completó el partido soñado al hacer el gol decisivo. Después disputó las dos finales con Racing por la reválida.

Pero aquel indulto sólo fue por tres partidos. Ahumada no le habría perdonado aquellos planteos económicos que el propio Maidana volvió a desmentir. “Nada que ver. Pero, bueno, ya está. Me llevo el mejor recuerdo de los hinchas”, cerró el zaguero, quien jugó 203 partidos en la “T”, en tres ciclos. En el primero, fue campeón de la Copa Conmebol 1999 y clasificó a las copas Mercosur 2001 y Libertadores 2002; en el segundo, descendi{o a la B Nacional; y en el tercero, logró que el equipo se mantuviera en la B Nacional.

La reestructuración. En sus últimas expresiones públicas, Ahumada había manifestado que trataría de hacer una reestructuración. De sus dichos se desprendía que haría grandes cambios ya que el plantel y la estructura de la SA fueron heredadas de la gestión de Carlos Granero. Además de Maidana y del coordinador Piero Foglia (allegado a Grondona), Ateliers “avanzó” sobre personal administrativo y de seguridad (Victor Bustos). ¿Y la ida de Antonio Fauro? Quedó atrapado en el fuego cruzado con Grondona, quien lo enfrentó al plantel, y de Ahumada, que le facturó mal asesoramiento en varios temas.