Cuando se jugaba el minuto 34 del segundo tiempo, el arquero de Talleres, Valentín Brasca, fue bien arriba para “descolgar” un centro al borde del área chica. Al mismo tiempo, el volante Mariano Aldecoa, de Belgrano, se elevó con toda la intención de ganar, de cabeza, el duelo en las alturas. Pero fue el arquero el que se quedó con el balón.

El árbitro Sergio Pezzotta señaló infracción del mediocampista celeste, quien cargó (con los brazos separados del cuerpo) sobre Brasca. Lo que siguió fue la inverosímil reacción del cuidapalos de la “T”, quien sin soltar el balón fue directamente a buscar a Aldecoa, que procuraba levantarse del piso, y le aplicó un cabezazo.

Inmediatamente se generó una polémica. El referí no pudo ver la agresión porque estaba tapado (ver página 4), pero a instancias del juez de línea Francisco Noguera tomó la correcta decisión de expulsar al arquero y reanudar el juego con un tiro libre indirecto a favor de Talleres.

¿Por qué no hubo penal para Belgrano? Porque, al sancionar previamente el árbitro la infracción de Aldecoa por carga indebida, la pelota no estaba en juego y, en ese caso, sólo corresponde la sanción disciplinaria.

Cabe recordar que Aldecoa estaba amonestado y que, si el árbitro decidía sacarle otra “amarilla” por esa jugada, iba a tener que acompañar a Brasca en su anticipado regreso a vestuarios.