-
Trencito en Caballito. Miralles, el héroe de Talleres en la jornada de ayer, encabeza el festejo luego del angustioso 1-1 ante Nueva Chicago.
-
Buffarini en la lucha.

Marcos Russo /
[email protected]

Un gol de Miralles, en tiempo de descuento, le permitió a Talleres igualar 1-1 ante Nueva Chicago.

Claro está que el destino de una pelota puede cambiar un resultado y miles de estados de ánimo. Y ayer, el fútbol volvió a ejemplificar dicha situación con un gol que llegó sobre la hora.

El partido se moría en Caballito, la hinchada de Nueva Chicago festejaba un triunfo apretado y Talleres no podía creer la injusticia que vivía. Hasta que en el transcurso del cuarto minuto adicionado, una pelota llovida en el área local fue mal rechazada por el arquero De Olivera (exigido por Héctor Cuevas) y entre la muchedumbre apareció Ezequiel Miralles para "matarla" de pecho y sacudir la red de un derechazo. El angustioso 1-1 le sirvió a la "T" para evitar otra frustración fuera de casa y para que el público del Torito declarara enemigo público al árbitro Leandro Bottoni.

Los reclamos de la gente de Chicago contra el juez (estuvo correcto en agregar cuatro minutos) llegaron a tal punto que Mario Marcelo, uno de los DT, insinuó que hay una campaña en contra de su equipo. "Nosotros y los jugadores no tenemos nada que ver ¿A quién matamos, a quién robamos? Estamos re-podridos de que nos metan la mano en el bolsillo. Descontó cuatro minutos y no hicimos tiempo. Si quieren, pónganse todos de acuerdo y que nos manden a la B", dijo el DT, que fue expulsado e informado.

Un punto es mejor que nada. De la desazón a la satisfacción había un pasillo de distancia: el que separaba el vestuario local del camarín de Talleres. Allí, el héroe de la tarde, Ezequiel Miralles, señaló: "Nos vamos contentos por no haber perdido, pero siempre tratamos de sacar los tres puntos. Se erraron muchos goles, pero a las situaciones las tuvimos y a eso hay que destacarlo".

En general, todos consideraron que la "T" merecía mejor suerte que la que deparaba el 0-1 parcial. "Desperdiciamos muchas situaciones y quedarnos sin nada hubiera sido mucho castigo", manifestó Juan Gill. A su turno, Valentín Brasca dijo: "Por como venía el partido, el punto es casi un triunfo. A lo mejor no alcanza porque necesitábamos ganar, pero nos vamos bien porque empatar sobre la hora ayuda en lo anímico".

"Una vez nos tenía que tocar a nosotros", se descargó Matías Quiroga, quien además reclamaba por un penal que le cometieron en el primer tiempo.

Finalmente, Julián Maidana ponderó la actuación del equipo:"Nos podríamos haber llevado más, porque hicimos un buen partido. Fallamos en anotar, y en una pelota parada que quedó boyando nos hicieron el gol", relató el capitán, que finalizó con una expresión que sintetizó el sentimiento de todo Talleres: "Lo festejamos por cómo se dio el partido, pero la idea era ganar".