Hugo García / [email protected]

El éxito de un plan de juego depende de lo colectivo a partir de lo individual y de la confianza que le hayan dado. Gareca pensó en un Talleres que vaya a buscar los partidos e incluyó un enganche: Diego Garay, en el debut, y Ramiro Pereyra, el viernes pasado.

Acto seguido, el DT trabajó sobre la autoestima de los jugadores, pero entre Defensa y Ben Hur, los primeros rivales en el Clausura, testimoniaron que a Talleres le será difícil sostener la apuesta.

Sobran las evidencias: Ceballos y Píriz estuvieron más abastecidos pero el equipo se descompensó fácil; defendió en espacios amplios y lo pagó caro; descubrió las espaldas de sus volantes y le costó. Además, falló en las dos áreas, un aspecto inadmisible para un equipo que pretende ser protagonista.

"El Tigre" asumió que no pudo darle equilibrio al equipo, después de cambiar sistemas y nombres. Talleres necesita una mayor lucidez para empezar a jugar. Sólo así podrá salir de este laberinto.