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Federico Jelic / [email protected]

Protagonizó con Racing un empate en cero en la localidad de San Agustín, ante mil espectadores. Ambos equipos mostraron mucho entusiasmo y poco fútbol.

En su primer partido del 2007, Talleres no demostró mucho más comparando con el torneo pasado. Es entendible que la falta de ritmo y las exigencias físicas que demandan la pretemporada no posibilitaron la destreza de los futbolistas, pero igualmente no produjo lo suficiente para cambiar su imagen desgastada.

Enfrente estuvo Racing de Nueva Italia, equipo que se encuentra trabajando desde hace más de un mes en la antesala del Torneo Argentino A. Ese factor incidió, ya que las acciones fueron propiedad de «La Academia» en el inicio, y a Talleres le costó hacer pie en el terreno de juego.

Así fue que Racing comenzó a llevar peligro al arco que defiende Diego Pozo en varias ocasiones, por intermedio de Héctor Cuevas. Precisamente, el ex delantero de 9 de Julio de Morteros anotó dos goles que no fueron convalidados, aunque en la segunda oportunidad dio la sensación de estar habilitado. El sector izquierdo fue el más vulnerable del «Matador», debido a que Fernando Godoy y Agustín Correa no le encontraban respuestas a las escaldas de Alejandro Gaboardi.

Hasta que en el último tramo del primer tiempo apareció la categoría de Diego Garay, sin lugar a dudas el mejor jugador del partido. Las únicas dos chances concretas nacieron de sus pies, tras dos centros: uno conectado por Godoy y otro por Malagueño, quien estrelló su remate en el palo.

El «10» fue el más criterioso con la pelota, y con poco de su repertorio ayudó en la generación de fútbol. La defensa tuvo firmeza pero mostró algunos desacoples, y el mediocampo, a pesar de su voluntad, no tuvo el circuito que necesita para encontrar a los que más saben con la pelota.

El complemento perteneció a los de barrio Jardín. Asimismo, el desarrollo de los 90 minutos fue bastante opaco y con pocas situaciones de peligro. Lo mejor de la tarde fue sin duda el color que aportó la gente (cerca de mil personas). La simple presencia de Ricardo Gareca en el banco hizo despertar la ilusión del hincha albiazul, y le cantaron: «De la mano del Tigre, salimos campeón» y «olé, olé, Tigre, Tigre». Un simpatizante que se retiraba, resumió el partido diciendo: «Talleres empezó el año de la misma forma que lo terminó, a los pelotazos. Esperemos que en el Clausura la cosa sea diferente».