Mustafá está satisfecho con su puesto de titular, pero sufre por la pobre campaña de Talleres.

A Daniel Mustafá le costó mucho esfuerzo ganarse la titularidad en Talleres. A principios de temporada, el cuerpo técnico lo consideraba casi la quinta opción en la zaga central, pero en base a su paciencia y a su perseverancia, ahora es un indiscutido en la defensa albiazul. Más allá de su alegría por ser titular, la realidad de Talleres no le permite disfrutar de su buen momento deportivo: «Conseguí la regularidad, pero lamentablemente no se nos están dando en lo colectivo y eso le quita un poco de sabor a mi logro. Seguimos trabajando y queremos lograr el objetivo de sacar a Talleres de este momento difícil», confesó el defensor oriundo de Bell Ville.

Mustafá jugó la temporada pasada en Racing de Nueva Italia, donde fue uno de los pilares y hasta marcó 4 goles. Al finalizar la campaña, regresó a barrio Jardín para buscar un lugar y lo consiguió, a pesar de que sus opciones se veían disminuidas teniendo en cuenta que Joel Barboza, Javier Malagueño, Gabriel Oyola y Fernando Godoy eran las prioridades en su puesto.

-¿Cómo te sentías apenas empezó el torneo cuando no ibas ni al banco?
-Lo tuve que aceptar. Acá nadie tiene el puesto asegurado y hay que demostrar todos los días que uno puede jugar. Yo le hice un planteamiento a la dirigencia y al entrenador anterior, ya que si no me iban a tener en cuenta, prefería irme a otro equipo. Me dijeron que me quedara y acepté el desafío. Tuve mi chance en el clásico ante Instituto y no salí más.
-¿Te sentís más maduro como jugador?
-Tengo mucho que aprender todavía, pero sí tengo más confianza. Me ayudó mucho el año que pasé en Racing, porque sumé experiencia y minutos en cancha.
-¿Qué sensación de deja el momento de Talleres?
-No me deja tranquilo el rendimiento. Es un complemento de las dos cosas, porque más allá de jugar, el objetivo que persigue la institución es pelear los primeros puestos y por el momento nos cuesta demasiado. Cuando no ganamos, nunca nos sentimos bien. Más cuando perdemos y yo que soy defensor, por ahí me siento más culpable que el resto.