Hugo García
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Villa Mitre lo venció 2-0. Barrionuevo, ex jugador de la "T", fue una de las figuras.

Había letras grandes para la presencia de Talleres en la calurosa ciudad bonaerense. La letra chica era para Villa Mitre y su mal momento lanzados al desafío de conservar la categoría. Pero como siempre decía el viejo Ángel Labruna: "La verdad se ve en el verde césped". Talleres fue el que todos conocemos: el que no tiene identidad de juego, el que sus jugadores no terminan de conocerse y el que hace varias fechas quedó fuera de la lucha por el Apertura.

Villa Mitre lo descubrió en un rato. Se tomó tiempo para perderle el respeto, lo asustó con Ezequiel Barrionuevo y lo desequilibró con los disparos de Diego Minor y el oportuno Bevacqua.

Fue apenas una ilusión, algo ficticio. La salvada en la puerta del arco local, tras una combinación entre Pasquinelli y Ceballos, parecía indicar que iba a ser una noche ganadora para los cordobeses. Sin embargo, fue Villa Mitre el que desde la actitud y el juego le dio un baño de realidad al partido.

El local sentó supremacía con la lectura de juego de Ezequiel Barrionuevo (ex Talleres) y de Lucas López. Éste le ganó el duelo a Trullet y generó un espacio para que Barrionuevo desequilibre. Una habilitación para Bevacqua, otra al propio López y luego otra a Minor marcaban que el pibe estaba inspirado.

Talleres sufría sin la pelota, no hacía pie en el medio y enviaba sin destino claro las pocas pelotas que disponía. Se fue quedando cada vez más cerca de Pozo, creyendo que así dejaría sin espacios a los ligeritos de Villa Mitre. La llave para abrir el marcador fueron dos disparos de Minor: primero, aprovechó un rebote en un defensor y con un derechazo bajo venció a Pozo; después, ejecutó el remate que no pudo retener el "1" albiazul y le permitió a Bevacqua marcar el 2-0.

En el complemento, Talleres restó un "5" y apostó al doble enganche con el ingreso de Bustamante, pero debió esperar el ingreso de Valenti, un rato después, para contar con un par de arribos. Nada más. Muy poco para la "T" que sigue sin rumbo.