Eduardo Eschoyez
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Talleres le ganó 2-0 a Huracán (TA) y volvió al triunfo después de cinco fechas. Antes del partido, la Policía detuvo a 22 barras de la “T” por los incidentes de hace 15 días. Los líderes de La Fiel y Las Violetas se quedaron sin ver el encuentro.

Seis partidos debieron transcurrir para que Talleres, en la gestión de la dupla Luis Oste-Fabián Carrizo, festejara una victoria. La última referencia tenía que ver con el triunfo 4-2 contra Instituto, el día en que Roberto Marcos Saporiti dio el portazo. Ayer, un mes y medio después de la alegría del clásico contra la Gloria, se produjo el 2-0 contra Huracán de Tres Arroyos.

Desde entonces, en el legajo de la "T" constan sucesivamente la derrota 2-1 contra Tigre en Buenos Aires; el empate en blanco como local ante la CAI; la igualdad 1-1 en Rafaela con Atlético; la caída 2-1 a manos de Huracán en el Chateau Carreras (el día de los incidentes de los barrabravas) y el 1-1 en la cancha de Almagro frente al Tricolor, la semana pasada.

Si hablamos de los saldos, hay que decir que la victoria de ayer trajo alivio, al menos en los números, por el valor que tiene sumar triple en un torneo que tiene a los punteros muy lejos pero sin un andar avasallante.

La aclaración vale porque si bien Talleres mereció ganar, hubo momentos del partido en los que Huracán lo complicó con muy poco. Esa sensación de inconsistencia futbolística apagó en gran medida el entusiasmo de la poca gente que fue al Chateau. La calma recién llegó cuando Ceballos acertó en la ejecución del penal del 2-0 definitivo, que serenó a Talleres y sepultó por completo las chances que le quedaban en pie a los tresarroyenses.

Autocrítica. Luis Roberto Oste no tiene puesto el casete a la hora de las explicaciones. En el vestuario se mezclaban la sensación de satisfacción por los puntos y la certeza de que el nivel del equipo todavía es deficitario, más allá de que para "el Lute", los puntos quedaron en las manos adecuadas porque la "T" hizo los méritos para ganar.

"Los jugadores le agregaron sacrificio al juego, a medida que a Talleres se le complicaba mover la pelota. Me hubiera gustado que el equipo definiera el partido en la primera media hora, cuando hubo algunas situaciones claras de gol", dijo el DT.

Al hablar del objetivo de controlar mejor el balón en el sector medio, Oste reconoció que ubicar juntos a Eugenio Klein y Gonzalo Bustamante dio resultados sólo en el comienzo. "La idea era que los enganches generaran más juego y manejaran constantemente la pelota. Lo hicieron bien en la primera media hora, pero después les costó y tuvimos que cambiar algunas cosas", agregó el riocuartense.