Todo el partido (N. de la R.: el que Belgrano perdió 1 a 0 con Arsenal) fue asediado por los insultos de las 20 mil personas que se dieron cita al Estadio Córdoba. Se trata de Mario Cuenca, el arquero de Arsenal con pasado e identificado con Talleres. Apenas enfiló en el primer tiempo hacia el arco que da a la cabecera sur, una cortina interminable de silbidos bajó de las gradas, así como cada vez que tocó la pelota. En el complemento fue para el arco del autotrol en donde lo aplaudieron los pocos hinchas de Arsenal, aunque los ubicados en la platea descubierta le recordaron sus orígenes.

El, fiel a un profesional, hizo caso omiso a la situación. No contestó, no gesticuló y festejó el gol de su equipo sin hacer reaccionar por el festejo a los «Piratas». «Es el folklore del fútbol. Soy hincha de Talleres, jugué ahí y siempre con Belgrano es especial, pero nada más», sostuvo Cuenca ya al final del encuentro.