Talleres fue más que Almagro y mereció el triunfo. Luego de ir en desventaja, Diego Ceballos lo empató cerca del final.

A pesar de haber empatado sobre el final del partido, Talleres se fue con un sabor amargo. Es que la «T», con más corazón y empuje que fútbol, fue más que Almagro y, sobre todo por lo hecho en la segunda etapa, mereció más que un punto. El equipo de la dupla Oste-Carrizo, que nuevamente empezó perdiendo, se despertó a tiempo, salió a buscar el partido y tuvo las mejores chances de gol y, sino se llevó los tres puntos, fue por la buena actuación de Nicolás Tauber, el arquero rival.

En medio de un primer tiempo trabado y de poco vuelo futbolístico tuvo que aparecer una genialidad para abrir el partido. Es que hasta el golazo de Friedrich había sucedido poco: Almagro se aproximaba al arco de Pozo sin mucho peligro y Talleres, de la mano de un participativo Klein, insinuaba más de los que generaba. Pero a los 29 minutos apareció el rubio volante de Almagro y, con un exquisito tiro libre, que pasó por arriba de la barrera y se metió en el ángulo superior izquierdo de Pozo luego de pegar en el travesaño, sacudió la tarde y despertó a todos los presentes. El Tricolor se encontraba en ventaja sin haber hecho mucho, el gol era demasiado premio para un equipo que no lograba inquietar a la defensa rival. Sin embargo, la «T» no reaccionó tras el gol y si no se fue al descanso con una desventaja mayor fue por una excelente intervención de Pozo ante un tiro esquinado de Penco.

Para el segundo tiempo Talleres cambió la actitud. Ya no fue más ese equipo tímido que luchaba en el medio y no creaba peligro, sino que salió decidido a empatar el partido y comenzó a acercarse al arco de Tauber. El mensaje desde el banco era claro: el equipo tenía que levantarse y no podía permitirse una nueva derrota. La dupla hizo cambios ofensivos y la entrada de Bustamante y de Pasquinelli le dieron mayor movilidad en ataque. Los tres delanteros obligaron a que Almagro se retrasara y Tauber fue convirtiéndose en figura. Primero lo tuvo Klein. El volante hizo una buena maniobra por derecha y, luego de una pared, definió cruzado, esquinado y, tras una buena intervención del arquero, la pelota pegó en el palo. Luego fue Cabuyas quien lo tuvo en el área chica, pero Tauber sacó el cabezazo de pique al suelo del goleador. A los 34 minutos y, luego de que el uno de Almagre se volviera a lucir frente al goleador cordobés, Talleres ya no solo merecía estar empatando, sino que también merecía estar ganando.

El empate no llegaba y el equipo, en su desesperación, comenzó a abusar de los pelotazos. Sin embargo, dos minutos después de aquella atajada de Tauber, apareció Ceballos y, aprovechando una desatención ofensiva, controló la pelota dentro del área y con un derechazo fuerte y cruzado consiguió el tan ansiado empate. El resultado se acercaba un poco más a la realidad, Almagro no había llegado en todo el segundo tiempo y el triunfo era mucho premio para un equipo inofensivo.

Quedaban diez minutos y la «T» siguió buscando la victoria. Tuvo algunas oportunidades de ganar el partido, sobre todo con algunos rebotes en el área que nadie pudo rematar y con un penal sobre Bustamante que el árbitro Bertinotti extrañamente no sancionó. El triunfo no se le dio a Talleres, pero si mantiene la actitud y la vocación ofensiva que demostró en el segundo tiempo, los triunfos no tardarán en llegar.