Hugo García
[email protected]

Se sabe que los enganches cada vez tienen menos lugar en el fútbol. Por deficiencias propias o por el miedo a perder de los DT, aquellos han ido desapareciendo o han mutado en media punta u otra cosa, con tal de no dejar el equipo.

Federico Bongioanni es uno de esos especialistas en extinción. Roberto Saporiti priorizó a Gonzalo Bustamante y por eso "la Bruja" debió esperar a que el ex técnico se fuera para tener otra chance.

Se dio cuenta de que los urgencias futbolísticas del equipo no pasaban por darle pausa a todas las jugadas o llevar la redonda al costado como si fuera un trámite administrativo.

¿Cambió su forma de jugar? No. Lo hizo cuando debía y sumó otras condiciones. Ante la CAI generó espacios para aprovechar su pegada y su precisión en pelotas paradas. Pero quedó en deuda por sus intermitencias.

Frente a Rafaela tuvo una participación activa y decisiva, e inclusive marcó un gol. El empate y lo lejos que está la "T" de la punta, pueden hacer pasar inadvertido este análisis. Pero "la Bruja" ganó más crédito con los DT (será difícil el retorno al 4-4-2) y el respeto de sus compañeros. Hizo jugar la "T". Fue "la" referencia, logró que Klein y Ríos se contagiaran y así el arquero Pozo dejó de ser figura, al menos por una vez.

"Bongio" resolvió un partido, pero Talleres lo necesita en muchos más. Éste es el desafío que viene para el enganche albiazul.