Hugo García
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Más allá de sus problemas de identidad, de "los regalitos" a los rivales y otras miserias, Talleres tenía gol y eso le ofrecía cierta tranquilidad: contar con un goleador en racha como Ceballos le daba un tanto por partido. Pero... ¿qué pasaría el día que bajara su promedio de gol? ¿Aparecería Píriz? ¿O algún volante?

Y ese día fue ayer ante la CAI. Ceballos falló la que tuvo (la que se fue cerquita de un palo al final) y los definidores alternativos no supieron capitalizar las otras cinco situaciones de pregol que hubo antes. No le pasaba desde la primera fecha ante Defensa y la "T" no pudo escapar del 0-0 ni del fastidio de su gente, que ya sin Saporiti en el banco empezó a pedir que se vaya el gerenciador Granero.

Igual, la falta de puntería no fue la única razón del 0-0. Talleres volvió a presentar muchas dificultades para generar juego. La dupla Oste-Carrizo armó el equipo con un enganche.

Pero la función de Federico Bongioanni permitió cumplir con algunas prioridades de juego. Acá va la prueba. Con "la Bruja" Talleres pudo llegar de forma natural. Una asistencia a Klein (lo tapó Trípodi), un centro del "10" que Mustafá convirtió y le anularon mal (no había offside) y un pase atrás que Píriz no pudo conectar. Pero fueron las menos. Las más claras llegaron con "ayudita". La de Ceballos fue por un error de su marca, los tiros en los palos de "la Bruja" y Klein fueron por un mal despeje del fondo rival y el cabezazo que le sacaron en la línea a Píriz fue en un borbollón.

Es cierto que otras veces la "T" ganó con menos, pero ayer sólo le alcanzó para un 0-0 ante un rival que casi no lo atacó. Y mientras Talleres se lamenta, cada vez se aleja más de la punta.