Por Agustín Caretó
[email protected]

Talleres le ganó por 4-2 a Instituto y se quedó con el clásico en un vibrante partido que se disputó esta tarde en el Estadio Córdoba.
Diego Ceballos, de penal, a los 2 minutos de juego, y Raúl Gorostegui, en contra a los 8, pusieron en ventaja al equipo albiazul.
Un minuto después Daniel Giménez descontó para La Gloria y el propio "Tanque" estableció la igualdad transitoria a los 23 minutos.
A los 38 del primer período, Víctor Píriz Alves marcó el 3-2 para el conjunto de Roberto Saporiti.
En el segundo tiempo, a los 40, Diego Ceballos puso el definitivo 4-2 para la "T".
Instituto terminó jugando con 8 hombres por las expulsiones de Leonel Pilipauskas, Franco Turus y Raúl Gorostegui.
El encuentro se disputó en el Estadio Córdoba y fue arbitrado por Diego Abal.
El cojeto fue válido por la octava fecha del Torneo Apertura de la Primera B Nacional.
Las claves, los problemas y el futuro. Después de mucho tiempo Córdoba volvió a vivir un clásico vibrante. Fue para Talleres, pero de no ser por su espantoso arranque pudo ser de Instituto.
Se sabe que este tipo de partidos, más allá del carácter oficial o amistoso que pueden ostentar, potencian el valor del triunfo y la derrota, y producen efectos inesperados.
Corrían apenas diez minutos y todo parecía ser de la "T": ganaba 2 a 0 y su gente se pellizcaba para saber si era cierto lo que veían.
Pero cuando daba la sensación de que la "Gloria" se desmoronaba, apareció en escena el espíritu y el alma de Instituto, que con más ganas que fútbol puso el encuentro "en parda" en sólo 23 minutos de juego.
La clave. Saporiti leyó mejor que Quiroz el encuentro, y antes que Instituto se ponga en ventaja metió mano en su equipo: a los 26 minutos del primer tiempo lo sacó a Bustamante por Ríos, para frenar la gran levantada del equipo de "Tete".
Y cuando menos lo esperaba, Talleres encontró sobre el cierre del primer tiempo un gol de Píriz Alves para irse en ventaja a las duchas.
Problema existencial. Si a las grandes limitaciones que tiene La Gloria para defender y atacar, se le suman algunos fallos polémicos de los árbitros, será difícil que pueda levantar cabeza pronto.
Terminó el partido jugando con tres hombres menos, lleno de impotencia y quedó para el "cachetazo". Tranquilamente pudo "comerse" cinco.
El cuarto gol albiazul fue la estocada final para los "gloriosos" que quedaron en cancha, que entregaron todo hasta el último, pero de poco sirvió.
Festejó Talleres, y la algarabía seguirá por varias horas en barrio Jardín. Sólo resta saber si Saporiti seguirá siendo parte de esos festejos o dará un paso al costado en su mejor momento del torneo.