La idea de destinar todas las plateas descubiertas a los hinchas de Talleres en el clásico del próximo sábado a las 16.10 -que había planteado el gerenciador albiazul Carlos Granero- no tuvo eco en la dirigencia de Instituto y tampoco en la Policía.
La comisión directiva de la Gloria puso el grito en el cielo en su reunión de anoche, y la fuerza de seguridad ya adelantó que no habrá exclusividad alguna para los locales, con el objetivo de "evitar inconvenientes".
En consecuencia, el Estadio Córdoba será dividido en dos partes iguales, o casi iguales, ya que el pulmón que separará las butacas del sector este estará "recostado" sobre el lado destinado a los simpatizantes visitantes. Y aunque recién habrá una definición este mediodía, cuando se reúnan todas las partes para acordar los detalles de organización y seguridad, todo indica que la distribución será más equitativa de lo que proponía Granero. El propio concesionario de la "T" ya adelantó que su intención no era "generar polémica", y que arriaría esa bandera si no lograba consenso.

¿Todos contentos? Para nada. Porque la conducción albirroja, en su cónclave de anoche, también decidió exigir a la Policía un "enroque" de populares (Instituto, al norte; Talleres, al sur), tratando de que se reitere aquella histórica conquista del ex titular albirrojo Santiago Cemino, en el último clásico, que se jugó entre el 12 y 13 de marzo de 2000. "Esa distribución hace más fácil el acceso de los hinchas al estadio", argumentaron desde la entidad de Alta Córdoba.
"Desde el punto de vista del operativo, sería lo ideal. Pero hay una cuestión de idiosincrasia, de cábalas, de costumbres, que hace muy difícil instrumentar ese cambio", comentó el comisario Julio Córdoba, jefe de Tácticas y Operaciones de la fuerza policial.
"No es fácil decirle al hincha de Talleres que se mude a la tribuna que siempre ocupa Belgrano", añadió Córdoba. "Vamos a tratar de que todo sea consensuado", concluyó el funcionario, quien adelantó que habrá entre 750 y 800 policías en el operativo.